jueves, 4 de julio de 2013

Baja California para el PAN


En una democracia es altamente arriesgado realizar un pronóstico al asegurar a un posible ganador. Y es más temerario cuando las encuestas serias e independientes apuntan a un empate técnico, como sucede en Baja California.

A partir de hoy queda prohibido comentar sobre el proceso electoral, pero como publico en un medio de comunicación local, hago una interpretación de los últimos acontecimientos para sugerir que la balanza se inclina a favor de Francisco “Kiko” Vega candidato del PAN, frente a Fernando Castro Trenti del PRI.

Dos son los sucesos políticos que van a dar el triunfo del panista sobre el priista a) que se hay difundido que un hermano de Castro Trenti tenga vínculos con el crimen organizado y, b) que el hijo de Jorge Hank Rhon se haya dejado ver, en conferencia de prensa el último día de campaña, con el candidato del PAN.

El impacto de ambas informaciones es avasallador y va dirigido al sector del votante indeciso, el cual, de acuerdo a todas las encuestas gira alrededor del 20 por ciento. Un abismo si cualquier candidato logra persuadirlo.

Ante un contexto de inseguridad y de signos de violencia en casi todo el país, en donde tampoco escapa Baja California, la gente busca en los políticos personas alejadas de grupos con signos de salvajismo. La percusión va dirigida a la conciencia del electorado y en entidades pequeñas pega más lo que se dice de manera oral, porque se parte de una verdad, nunca se investiga la veracidad del dicho.

Aquí en Guerrero, hace dos años (2011) en la contienda por la gubernatura el periódico Reforma publicó una nota similar contra el candidato a la gubernatura, Manuel Añorve. Fue como se dice vulgarmente un trascendido, pero que en su momento cumplió con el objetivo de desacreditar. Nunca se demostró ese vínculo pero al candidato ganador le dio más votos en aquel momento.

Que el hijo de Jorge Hank Rhon se haya fotografiado con el candidato a gobernador panista envía el mensaje de una ruptura política local priista. El multimillonario y dueño del equipo de fut bol Xolos, Hank Rhon, estuvo apoyando al panista porque sus compañeros de partido le quitaron la candidatura para dársela a Castro Trenti, es, evidentemente, una venganza política.

Pero esa divergencia priista induce a pensar que el grupo Hank realizó una alianza tanto con Carlos Salinas como con Enrique Peña Nieto para enfrentar a Manlio Fabio Beltrones.

La estrategia de campaña se insertó en dos niveles. Incitar a la población electoral para denostar al candidato del PRI y evidenciar la ruptura entre la clase política priista local y nacional. Lo que hace más daño es la quiebra de cualquier partido.

Bajo las premisas anteriores es que se antoja el triunfo del panista Francisco Vega de la Madrid en la gubernatura de Baja California. revistaa@yahoo.com

miércoles, 3 de julio de 2013

La necesaria alianza política

Con el arribo de la alternancia política las alianzas se vieron obligadas a mutar, pasaron de endógenas y hexógenas, y, ahora también se han diversificado.

En el periodo calificado como revolución mexicana los líderes de grupos (que en realidad eran pequeños hacendados) para evitar perder sus pertenencias se cobijaban de un personaje o más reconocido o más bragado.

Personalidades de aquella época y que aseguraban cierto poder y por esa cualidad eran asediados, se pueden citar a Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Pancho Villa, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón.

El apóstol de la democracia mexicana, por ejemplo, Francisco I. Madero, tiró sus alianzas en Guerrero con la familia Figueroa. Al parecer lo que le llamó la atención a quien derrocó la dictadura a través de unas elecciones fue que eran varios primos y hermanos los que controlaban (dicen que le entraron a la revuelta) la entidad.

Madero entendió que aunque había ganado con una alta votación al dictador Díaz estaba obligado a tender alianzas, principalmente con el grupo que le había llevado al poder y que traicionó a al general Porfirio Díaz. Me refiero a los científicos encabezado por Limantour.

La traición es una constante entre grupos que hacían política. Era “normal” que en poco tiempo cambiaran de líder. De un momento a otro se hacían llamar maderistas, huertistas, villistas, zapatistas, carrancistas u obregonistas. Dependiendo de quién obtenía o mayores triunfos en el campo de batalla o ganara la presidencia.

La revolución mexicana es un claro paradigma de que en política se persigue beneficios personales.

Tampoco es tema exclusivo de los mexicanos esa manera de realizar alianzas. En realidad se forjan en todas las naciones y en distintos lugares.

Algunos comentaristas descalifican las alianzas con la palabra pragmatismo. O con la frase “sólo buscan el poder por el poder mismo”. Cuando en política es precisamente lo que se persigue: el poder. Y para ese objetivo, ni modo, se vale todo.

En las últimas semanas, aquí en Chilpancingo, el personaje que ha desplegado una precampaña para la gubernatura ha sido Mario Moreno Arcos, actual presidente municipal de Chilpancingo.

La fuerza de Moreno Arcos obedece a una popularidad, consecuencia de su acercamiento con la gente, así como por su trabajo político. Además a su relación con personajes de la política nacional. Tal ha sido su despliegue, aceptación y posible triunfo como candidato en la interna del PRI que hasta algunos perredistas como Odilón Romero y Marcos Matías Alonso ya lo están apoyando. Aquí el beneficio es mutuo.

El otro adversario para la gubernatura es Cuauhtémoc Salgado Romero, quien no se ha mostrado hábil en las lides políticas, sino que más bien, parece, obedece las indicaciones de la familia Figueroa.

Si Mario Moreno busca decididamente la candidatura a gobernador, la posición de Salgado Romero, sólo se antoja como una moneda de cambio.

Es decir, Moreno Arcos busca alianzas en cualquier sitio, como lo muestra el nombramiento de síndico en la persona de Marco César Armenta Adame, gente identificada con el grupo de Héctor Astudillo Flores; mientras que los Figueroa se presentan con una figura para ver qué negocian. revistaa@yahoo.com

lunes, 1 de julio de 2013

Tiempos de política


Las elecciones de 2013, donde está en juego la gubernatura de Baja California y en otros 13 estados diputaciones locales y presidencias municipales, para quienes hacen política, son sucesos concluidos. ¿Cómo? preguntaría el cándido observador de la política. Si todavía falta el domingo 7 de julio, día de votación.

Efectivamente, responde el supuesto analista que se dice prospectivo en el ejercicio del poder, quien todavía confirma, en una semana, lo que resta de la jornada electoral, ya no modifican los escenarios. Y se atreve a dar resultados, precisamente en Baja California donde el asunto es de pronóstico reservado: va a ganar el candidato del PAN, Francisco “Kiko” Vega frente a Fernando Castro Trenti del PRI. El único y mejor argumento son las encuestas que dan al panista 8 puntos porcentuales arriba del priista.

El ingenuo le recuerda que un escenario similar se presentó en Guerrero en 2011. En la última semana sucedieron dos acontecimientos relevantes: el candidato a gobernador del PAN, Marcos Efrén Parra Gómez, declinó a favor de Ángel Aguirre, cuya consecuencia tuvo dos efectos políticos a) esos poquitos votos panistas -cerca de 100 mil- marcaron la gran diferencia y, b) el efecto psicológico de irse a la cargada con el que se percibe va a ser el seguro ganador (votos que no se pueden cuantificar), aplastó al adversario.

El otro acto relevante fue la nota publicada por el periódico Reforma en donde se vinculó a Manuel Añorve Baños, candidato del PRI a la gubernatura, bajo supuestos nexos con el crimen organizado. Un cubetazo de agua fría al ánimo de los simpatizantes de este personaje y un mensaje muy claro para los que en ese momento se ubicaban en el sector indeciso.

Fatuo, dice el analista, eso no sucede en Baja California.

El incauto le comenta que el tema de la guerra sucia con inventos de todo tipo se está llevando a cabo a través del teléfono a domicilio y ese mecanismo podría darle la vuelta a favor del PRI. No se trata, aduce el novel analista, de votar por el mejor candidato o proyecto político, sino de desprestigiar al adversario con supuestos fraudes y hasta ideados gustos sexuales. En conclusión se trata de retorcer la conciencia del votante y, en este ambiente, todo está por escribirse.

El analista de cuño le advierte al bisoño que los escenarios están predeterminados y le cita el caso Guerrero, con especificidad en el partido del PRD, en donde el candidato a gobernador debe ser Armando Ríos Piter, porque es un excelente político con carisma, ideas y mejor preparado académicamente.

El novato le advierte que en la lógica de su teoría “en donde todo está predeterminado por la elite” entonces el candidato debería recaer en el senador, Sofío Ramírez Hernández o, incluso en el reciente destape del diputado federal, Sebastián de la Rosa Peláez, porque el primero cuenta con el apoyo del gobernador y el segundo con los principales líderes de su partido a nivel nacional. Situación, le recuerda, carece Ríos Piter. Él no tiene corriente que lo apoye.

El vetusto analista le recrimina que todavía no son tiempos políticos. A lo que el piopiolo le achaca que después de la alternancia, los tiempos políticos son continuos. Quedó atrás el tiempo político diseñado por las elites porque son tiempos del electorado y, en ese sentido, se ubica la guerra sucia en Baja California. revistaa@yahoo.com