David Martínez Téllez
Eso
de que van a elevar la calidad de la educación es un eufemismo. El conflicto es
político y nada tiene que ver con la imperiosa necesidad de la “calidad de la educación”,
sino más bien es un intento de terminar con el cacicazgo de Elba Esther
Gordillo al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE), quien logró dividir al PRI y formar un partido político. Es decir,
conformó otra fuerza política.
Elba
Esther Gordillo era un personaje político de media tabla, allá por la década de
los 80. Llega a las primeras ligas por la designación de Carlos Salinas de
Gortari, entonces cuestionado por su triunfo rumbo a la presidencia ante
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1988).
En
aquellos años dos sindicatos habían apoyado las aspiraciones de Cárdenas,
identificado como disidente del PRI. Los petroleros y el magisterio. Con el uso
del ejército capturaron y encerraron a Joaquín Hernández Galicia, líder de
sindicato de Pemex; con el magisterio simplemente depusieron a Carlos Jonguitud
Barrios, dado el mensaje que ya le había enviado el presidente con el uso de la
fuerza en contra de los petroleros. Aquí aparece Elba Esther Gordillo al frente
de los maestros.
Con
esas dos acciones de intimidación Salinas de Gortari logra la legitimación que
no había adquirido a través de votos en las elecciones de 1988.
Elba
Esther era la incondicional de Salinas de Gortari y con ellos la fuerza del
magisterio organizado en el SNTE.
Al
arribo a la presidencia de Ernesto Zedillo Ponce de León uno de sus objetivos
era deshacerse de la ya nombrada maestra Gordillo. No pudo porque se había
pertrechado y pudo esquivar todas las amenazas provenientes de la presidencia.
Zedillo implementó la descentralización educativa para intentar debilitar el
cacicazgo; administrativamente se repartió el recurso, pero no la fuerza
política de la líder, quien quitaba y ponía a sus representantes en cada
estado.
Por
ejemplo, en Guerrero es conocido el caso de José Luis González de la Vega, como
titular del sector en el gobierno perredista de Zeferino Torreblanca Galindo. Un
cercanísimo colaborador de Elba Esther Gordillo con un gobierno perredista. A
eso se llama alianza entre un gobierno local muy popular y una fuerza nacional.
Con
la alternancia política federal, Elba Esther Gordillo, realiza otra alianza a
favor del PAN y su candidato Vicente Fox. En el siguiente sexenio y bajo el
escenario político de escasa votación hacia Felipe Calderón, el partido Nueva
Alianza juega un papel importante para la credibilidad electoral y también para
la legitimación panista. Estaba en la jugada política.
En
ambos sexenios Gordillo se convierte en el partido bisagra que requiere cualquier
gobernante. Habría que recordar que el nuevo partido se forma el 30 de enero de 2005, después de tres años de que
el SNTE había creado la Asociación Ciudadana del Magisterio (ACM), un grupo
político reconocido por el Instituto Federal Electoral desde agosto de 2002.
El 28 de noviembre de 2006, el
Consejo Nacional de Nueva Alianza eligió Presidente del partido a Tomás Ruiz
González y de secretario general a Jorge Kahwagi, un conocido empresario e hijo
del dueño del periódico Milenio.
En las elecciones de 2006, Nueva
Alianza, divide al PRI. En lugar de apoyar al candidato, Roberto Madrazo
Pintado, lo descalifica. Basta con recordar aquel lema “Tú le crees a Madrazo,
yo no”. El cual se hizo popular y terminó por quitarle votos al PRI y enviarlo
hasta el tercer lugar en aquella elección presidencial.
Al parecer se han dado algunas
diferencias entre el padrino, Carlos Salinas de Gortari, y la ahijada, Elba
Esther Gordillo. Todo indica que Salinas le pidió un relevo generacional y la
maestra pide algunos privilegios. No hubo acuerdos y entonces se lanzan contra
ella.
Hábil como es la Gordillo se
adelantó a un posible relevo democrático. Celebró un Congreso en donde la ratifican
como líder en los próximos seis años. El contra ataque dio a luz con el programa
de calidad educativa y un sinnúmero de comisionados.
El primero en apuntarse en apoyo a
la decisión del gobierno federal para combatir a la maestra fue el gobernador
de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, quien denunció que cerca de 12 mil plazas cobran sin
trabajar.
La respuesta de la maestra:
movilizaciones para defender el empleo de miles de comisionados, o sea, su
fuerza política. Pero de ahí a elevar la calidad educativa existe un enorme
trecho.
Todo queda en el ámbito político. El
siguiente paso, desde las esferas del poder, en este año 2013 en donde habrá
elecciones, es con la idea de reducir a lo mínimo posible la cantidad de votos
del Panal.
Lo que está realizando la Gordillo
es tratar de obtener lo máximo posible por su liderazgo al frente del SNTE. La
conclusión es sencilla van por su cabeza de la señora, la estructura cae por su
propio peso. revistaa@yahoo.com