Si en estos meses se celebraran las elecciones para presidente
pocas dudas surgirían para confirmar que ganaría Morena con Andrés Manuel López
Obrador.
La frase anterior sería terrible para priistas y panistas y los
pocos perredistas. Alentador, por supuesto, a quienes simpatizan con AMLO.
Lectores de estas líneas se preguntarán de dónde obtengo la
conclusión de un triunfo inobjetable de “el mesías” como identifican a López
Obrado algunos analistas políticos.
Todas las encuestas lo ubican en primera posición con una
distancia de, por lo menos, 5 puntos porcentuales por encima de la segunda
posición.
Además de esa popularidad, hasta donde se sabe, ha logrado
alianzas con los partidos del Trabajo y Movimiento Ciudadano. Así como muchos, pero muchos perredistas.
La otra gran alianza ha sido con el grupo político económico de
Nuevo León (grupo Monterrey), tercer estado en importancia económica después
del Estado de México y Distrito Federal.
Por si fuera poco dentro de sus ligas cuenta en su equipo de
campaña con representantes de las televisoras de mayor penetración en México. Esteban Moctezuma por TV Azteca y el suegro de
Emilio Azcárraga Jean de nombre Marcos Flasticht Sackler.
La iglesia va a apoyar de quien gane la presidencia y en el mismo
plano se han expresado los banqueros: “México es un país de instituciones”.
Peña Nieto llegó a la presidencia con 7 de cada 10 mexicanos con su beneplácito. En la actualidad son 2 y medio.
El viento sopla a favor del Peje.
Sin embargo, y como bien lo dice Vicente Fox: no den por muerto al
PRI.
Y tal como ya lo manifestó el mismo AMLO: las mafias me están
cerrando el paso.
Se refiere a una posible alianza o acuerdo político entre panistas
priistas y perredistas (los que se queden con este partido).
No necesariamente va a ser una coalición pública; pueden
“entenderse” para evitar el triunfo de AMLO, porque la política en México se
caracteriza por privilegiar la estructura. Todavía no es suficiente para ganar la
voluntad social. Ésta todavía tiene que ser orientada.
Dentro de esta posibilidad, alianza PRI, PAN y PRD, quienes
podrían ser los ganadores ganadores (sic) vendrían a ser los perredistas. Lo
menciono porque pasarían de derrotados y hasta casi desaparecidos en el
espectro político a ubicados a nivel de secretarios de Estado.
La historia política nos receta que en dos anteriores ediciones AMLO también su ubicaba en el primer lugar de preferencias sociales. El evento más cercano para ganar la presidencia fue 2006 perdió por medio punto porcentual. No fue suficiente, reitero, que la gente clamara ¡AMLO!
Entonces, para justificar la alianza centro y derecha se dirá que el país requiere de todos los hombres mejor
preparados sin importar ideología y que el nuevo país ha arribado a la
pluralidad donde se reconoce la diferencia de maneras de pensar.