jueves, 24 de julio de 2014

Grupo Guerrero, ¿huérfano?

El diagnóstico lo presentó el mismo dirigente estatal del Grupo Guerrero, David Jiménez Rumbo: 17 alcaldes, siete diputados locales, un senador suplente, cuatro sindicaturas, 91 regidurías y la presidencia estatal del PRD con Carlos Reyes Torres.

A partir de esos datos efectivamente es el grupo, hasta el momento, más cohesionado. Y por eso mismo han comenzado a escucharse los tambores.

Habrá quien apueste por un ganador. Si Grupo Guerrero o el gobernador. O Simplemente Jiménez Rumbo patalea para ver qué alcanza.

Y en este momento Grupo Guerrero y el mismo gobernador se traen de la greña. Jiménez Rumbo lo reveló (porque eran meras percepciones) cuando nos dice que el operador (senador Sofío Ramírez) pidió una tregua.

Ahora leamos, a partir de los mismo datos, las lagunas: ya no tiene candidato a gobernador en la persona de Armando Ríos Piter, porque éste declinó ante el grupo de Ángel Aguirre Rivero.

Grupo Guerrero y Nueva Mayoría se juntan por el mismo dolor: el primero, insisto ya no tiene candidato a la gubernatura (para negociar) y el segundo, también carece de candidato (Evodio Velázquez) para la presidencia municipal de Acapulco. Reúnen sus debilidades. En otras palabras están huérfanos.

Juntos, nos advierten, son dinamita e intentarán cambiar al presidente de la comisión de gobierno del Congreso de Guerrero, Bernardo Ortega Jiménez.

Para lograr ese propósito no nada más tendrían que ser mayoría con sus diputados perredistas, sino también conseguir esa mayoría con los demás diputados. Asunto nada sencillo, cuando los priistas han sido el contrapeso mesurado.

Otro escenario probable, ante la posible crisis política perredista, que asuma la dirección del Congreso un tricolor o hasta un representante de partido con menor fuerza política, en aras de conservar la tranquilidad legislativa.

Un ambiente de inestabilidad política perredista le traería consecuencias funestas, las cuales podrían alcanzar hasta su desaparición, dada la aparición de Morena en el espectro político.

Grupo Guerrero, entonces, está presionando para alcanzar una negociación entre perredistas, por eso nos revela su fuerza política y sus intenciones.

Por su parte, el gobernador se mueve en otro nivel. Eso no quiere decir que desatienda a Jiménez Rumbo, sino que el trato ya no es el mismo.

Por otro lado, la hermana de Jiménez Rumbo, Ana Lilia, diputada local, se enemistó con sus compañeras ideológicas por ubicarse en contra de la despenalización del aborto.

La orfandad política la dio el mismo Jiménez Rumbo cuando denostó a las mujeres, homosexuales y lésbico gay, a tal grado que hasta Jesús Ortega Martínez (ex dirigente nacional y miembro de los Chuchos) lo calificó de homofóbico y racista.

Grupo Guerrero va, casi solo y en política, se requiere de aliados. 

Ana Lilia Jiménez Rumbo

miércoles, 23 de julio de 2014

Casi todo listo en Guerrero…falta legitimar

Ayer (22 de julio) se publicó una enorme fotografía con los hijos de quienes detentan poder en Guerrero. La familia Aguirre y la dinastía Figueroa. Van en alianza: uno, Aguirre Herrera, a la presidencia municipal de Acapulco, y, Figueroa Smutny a una senaduría o diputación federal, o lo que quiera el señor.

Son diferentes porque pertenecen a distintos partidos, pero les da identidad el mismo interés: disfrutar del poder y conservar beneficios económicos.

Figueroa sigue siendo el gran mandón en Guerrero porque posee poder económico y autoridad política. Aguirre ostenta poder político y desea equidad en el otro tema.

Quien, al parecer olió (o de plano le dijeron) sobre ese concordato fue Armando Ríos Piter porque con anterioridad -escasos días- cantó acompañar a Aguirre Herrera a la presidencia municipal del puerto. Es decir, Grupo Guerrero, está sin candidato a la gubernatura y continúa su pleito con el gobernador.

La otra lectura es que Ríos Piter ya está sin la mejor congregación política del PRD: Grupo Guerrero. Y éste a su vez carece de un candidato con fuerza.

Ríos Piter prefirió declinar antes de sufrir mayores daños.

Una de las artífices de esa posible alianza de los juniors es Claudia Walton, hija de Luis Walton, presidente municipal de Acapulco, quien también desea ser candidato a gobernador.

Si Rubén Figueroa Alcocer ya dio indicaciones (tanto al hijo como a su clan) entonces ya casi está todo definido. No creo que sus ahijados figueroístas quieran brincar o protestar.

Si apoyan a Aguirre Herrera para la presidencia municipal de Acapulco es probable que en ese pacto el siguiente presidente municipal sea Figueroa Smutny.

Y como el tercero, o sea Walton (Luis o Claudia) tuvo (tuvieron) la capacidad de conciliación de dos enormes grupos políticos es altamente probable que lo apoyen rumbo a la gubernatura.

La política, la real, la verdadera es la que armoniza y los Walton lo lograron.

Los priistas, en estos momentos están atónitos por esa “jugada maestra” de Aguirre y Figueroa. Con eso no logran la unidad y se aleja, tal vez por el momento, su ansiado regreso a dirigir los destinos del estado.

Decenas de perredistas se encuentran turulatos, me refiero a los que vienen deleitándose del poder. Quien se adelantó, olfateó o le dijeron fue Sebastián de la Rosa, diputado federal y candidato a gobernador por el PRD, al solicitar una alianza con Movimiento Ciudadano rumbo a 2015.


Para las cúpulas políticas, en la situación que describo, sólo se requiere esperar el día de la elección para legitimar el triunfo.

Aguirre Rivero no desea esperar a un debilitamiento político ya que se encuentra en el último año de su gobierno. Tiene amarradas las necesarias alianzas.

jueves, 3 de julio de 2014

Viene el coco de AMLO

Así les decíamos a los niños para que se asustaran: ahí viene el coco. La frase presenta dos sentidos a) tal y como lo escribo AMLO amedrenta a los perredistas y b) es el cerebro de miles de guerrerenses, es decir, él dice lo que muchos callan, (o peor) piensan del actual gobierno federal.

López Obrador, ni modo (aunque me moleste), es la identidad de miles. Les pueden adjetivizar de pobres e ignorantes, pero en esencial política electoral representan votos.

Aunque no me guste, AMLO se ha vuelto la conciencia de la inconformidad, esa que se ha estancado en las poblaciones marginadas.

También, es necesario anotarlo, AMLO incide aún más en la división izquierdista. Y con ello un extraordinario panorama para que retorne el PRI a la gubernatura de Guerrero.

En este espacio sigo enhiesto en la hipótesis de que el grupo a vencer, en Guerrero, es el de AMLO.

No es el PRD, a pesar de que haya retenido el poder una vez más (2005 y 2011). Ni el PRI, partido con 72 años en el poder federal y que ahora está de regreso en la conducción del país.

El hombre fuerte (políticamente) es AMLO. Esto lo saben quienes se dedican al quehacer de la política, sin importar filiación partidista.

AMLO se encuentra en La Montaña, el sitio de la pobreza por excelencia, y, lleva sólo un discurso, el de siempre, pero que es demoledor contra el gobierno y que le encanta escuchar a la gente.

Es un político que se deja tocar, abrazar por el pueblo. No trae escolta, ni lujos para regalar. Y eso le genera demasiada simpatía.

Cuando AMLO era jefe de gobierno del Distrito Federal las encuestas lo ubicaban cerca de los 80 puntos porcentuales de aceptación. Y a diferencia de Miguel Ángel Mancera, AMLO fue de menos a más; mientras que Mancera ha sido al revés. Llegó con 80 y hoy registra 40 puntos porcentuales.

AMLO no ganó la presidencia porque priistas y panistas se volcaron para que ganara Felipe Calderón; por medio punto porcentual perdió.

Menciono lo anterior porque esa fórmula se puede repetir en Guerrero (2015) si perredistas, panistas y priistas logran una candidatura común en la persona de Armando Ríos Piter (senador guerrerense por el PRD). Sería, casi un imposible que perredistas y panistas apoyen a un priista.


Por su parte, AMLO ganaría con Lázaro Mazón (secretario de Salud), a lo mejor muy cerrado; pero se ampliaría la distancia si fuera Luis Walton el candidato (presidente municipal de Acapulco).