El
diagnóstico lo presentó el mismo dirigente estatal del Grupo Guerrero, David
Jiménez Rumbo: 17 alcaldes, siete diputados locales, un senador suplente,
cuatro sindicaturas, 91 regidurías y la presidencia estatal del PRD con Carlos
Reyes Torres.
A
partir de esos datos efectivamente es el grupo, hasta el momento, más
cohesionado. Y por eso mismo han comenzado a escucharse los tambores.
Habrá
quien apueste por un ganador. Si Grupo Guerrero o el gobernador. O Simplemente
Jiménez Rumbo patalea para ver qué alcanza.
Y
en este momento Grupo Guerrero y el mismo gobernador se traen de la greña.
Jiménez Rumbo lo reveló (porque eran meras percepciones) cuando nos dice que el
operador (senador Sofío Ramírez) pidió una tregua.
Ahora
leamos, a partir de los mismo datos, las lagunas: ya no tiene candidato a
gobernador en la persona de Armando Ríos Piter, porque éste declinó ante el
grupo de Ángel Aguirre Rivero.
Grupo
Guerrero y Nueva Mayoría se juntan por el mismo dolor: el primero, insisto ya
no tiene candidato a la gubernatura (para negociar) y el segundo, también
carece de candidato (Evodio Velázquez) para la presidencia municipal de
Acapulco. Reúnen sus debilidades. En otras palabras están huérfanos.
Juntos,
nos advierten, son dinamita e intentarán cambiar al presidente de la comisión
de gobierno del Congreso de Guerrero, Bernardo Ortega Jiménez.
Para
lograr ese propósito no nada más tendrían que ser mayoría con sus diputados
perredistas, sino también conseguir esa mayoría con los demás diputados. Asunto
nada sencillo, cuando los priistas han sido el contrapeso mesurado.
Otro
escenario probable, ante la posible crisis política perredista, que asuma la
dirección del Congreso un tricolor o hasta un representante de partido con
menor fuerza política, en aras de conservar la tranquilidad legislativa.
Un
ambiente de inestabilidad política perredista le traería consecuencias funestas,
las cuales podrían alcanzar hasta su desaparición, dada la aparición de Morena
en el espectro político.
Grupo
Guerrero, entonces, está presionando para alcanzar una negociación entre
perredistas, por eso nos revela su fuerza política y sus intenciones.
Por
su parte, el gobernador se mueve en otro nivel. Eso no quiere decir que
desatienda a Jiménez Rumbo, sino que el trato ya no es el mismo.
Por otro lado, la hermana de Jiménez Rumbo, Ana Lilia, diputada local, se enemistó con sus compañeras ideológicas por ubicarse en contra de la despenalización del aborto.
Por otro lado, la hermana de Jiménez Rumbo, Ana Lilia, diputada local, se enemistó con sus compañeras ideológicas por ubicarse en contra de la despenalización del aborto.
La orfandad política la dio el mismo Jiménez Rumbo cuando denostó a las mujeres, homosexuales y lésbico gay, a tal grado que hasta Jesús Ortega Martínez (ex dirigente nacional y miembro de los Chuchos) lo calificó de homofóbico y racista.