El partido en el poder en México o sea
el PRI, en estos momentos, se encuentra dividido. Como cualquier crisis
partidaria se le presentan dos opciones naturales: a) se profundiza el
conflicto o b) arreglan sus diferencias y encuentran la unidad.
Muchos se han de preguntar en dónde
visualizo su confrontación.
Apunto algunos signos discrepantes
que, evidentemente, son internos.
La designación de Enrique Ochoa Reza
para registrarse como presidente nacional del tricolor.
Entre los que lo han
criticado se encuentran: María de los Ángeles Moreno, Dulce María Sauri
Riancho, Ulises Ruiz.
Algunos justificarán que son los
dinos; sin embargo, son los que realmente tienen el poder en ese partido.
Por sector, sólo el campesino, hasta
el momento, se ha pronunciado a favor de su postulación. En otros tiempos, no
era la autopostulación, sino que, por lo menos, un sector (de preferencia el
obrero) hacía el anuncio. Mostraban unidad cuando todos los sectores ungían al
destinatario. Hoy no se ve observa ese entusiasmo.
La manera de solucionar el movimiento
magisterial. Unos se han inclinado por una negociación política. Otros priistas
por respeto a la ley.
El mundo político entiende que al
aceptar una negociación o diálogo político la raíz de la jurisprudencia se
pierde.
Los casos de Veracruz y Quintana Roo,
donde los gobernadores priistas intentan, a través de sus Congresos locales,
insertar a un funcionario con responsabilidades de contralor en el presupuesto
ejercido y que esas decisiones sean revisadas por la Procuraduría General de
Justicia, indican confrontación priista.
Otra diferencia se encuentra en el
reciente incremento a las tarifas de la luz y gasolina. La población identifica
al PRI como responsable de los aumentos. Un grupo de priistas ya no puede
enorgullecerse o propagar que esos servicios beneficiaban a la sociedad.
En este sentido pequeños y grandes
empresarios adjudican al PRI de una pésima administración hacendaria cuando el
dólar se ubica cerca de los 20 pesos. Esa deslización aleja a estos sectores
productivos del PRI.
No solamente el tricolor tiene
diferencias endógenas, sino también exógenas.
Y como partido en el poder ha
encontrado soluciones. Por ejemplo, en la iniciativa de 3 por 3 donde a los
empresarios les estaban solicitando transparencia en su patrimonio y dejaron de
lado esa petición social en los políticos. El arreglo llegó a que a nadie se le
pida información.
Será interesante observar cómo
arreglarán sus diferencias porque en ello va triunfo o derrota en 2018.
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