¿Por qué se complicó
el esclarecimiento del asesinato de Armando Chavarría Barrera?
La respuesta es
temeraria, pero no irresponsable. No se cuidó la escena del crimen. La única
prueba que ofrezco son las fotografías que circulan en internet donde se
observa que familiares y amigos lo están abrazando y le lloran tendido fuera
del auto donde le habían disparado. No se ve que el lugar se encuentre
acordonado por las autoridades.
De acuerdo a las
mismas fotografías publicadas en su momento, se observa que Armando Chavarría
fue ultimado de un balazo en la frente y se encontraba frente al volante con el
rostro viendo hacia un lado dentro de un automóvil color blanco.
O estaba estacionado
frente a su casa o llegaba en su automóvil a la fachada de su casa.
En su momento se
describió que vestía un uniforme deportivo, por lo que se deduce que había ido
a realizar ejercicio en un gimnasio. Lo sacaron del auto cuando debieron evitar
cualquier manoseo.
En un diplomado
sobre dificultades del periodismo en situaciones de alto riesgo, el profesor
del módulo fue enfático en señalar que un reportero, con insistencia señaló a
los gráficos, guardar distancia del
lugar donde sucedió la tragedia. Por demasiado profesionalismo que muestre, ya
sea el fotógrafo o el reportero, no debe pisar la escena del crimen porque
desvía la atención de la investigación y hasta puede resultar como presunto ejecutor
o cómplice del suceso.
Por el cargo que
representaba Chavarría (presidente de la Comisión de Gobierno de la Legislatura
local) de inmediato se vinculó el acontecimiento con el ámbito político. Además
era el prospecto a ser candidato natural a la próxima contienda por la
gubernatura en 2011 por el Partido de la Revolución Democrática.
Chavarría ya había
sido diputado federal, senador y precandidato a la gubernatura y en el momento
del deceso se desempeñaba como diputado local.
Es probable, como
señalan diferentes actores políticos, que el asesinato se haya decidido en las
esferas del poder. Sí, si es posible.
Por eso se realizó y
se continúa realizando la investigación. Pero, como lo establecí desde el
principio no puede continuar ninguna, sí ninguna línea de investigación por la
alteración que sufrió desde la misma escena del crimen. Según mi punto de vista.
El que se esté comentando
sobre el tema es con la intención de desviar la atención y de que actores
políticos llamen la atención y con sus declaraciones revivir sus viejas
envidias y rencores.
Incluso, en el ánimo
del morbo, se llegó a hipotetizar que Ángel Aguirre Rivero pudo haber sido el
autor intelectual del crimen de Armando Chavarría, ya que visualizó que el
único que le estorbaba en sus aspiraciones para presentarse como candidato a la
gubernatura era precisamente Chavarría.
Desde una perspectiva
política cobra sentido esa hipótesis, pero es darle a Aguirre Rivero una visión
política de futuro envidiable. Y si se trata de inventar escenarios, hubiera
sido poco probable que Aguirre renunciara al PRI si Chavarría fuera el
candidato a gobernador por el PRD.
El caso Chavarría da
para más alegorías políticas. Lo real es que se ha perdido credibilidad en la
Procuraduría. Son 7 años y nada.
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