David Martínez Téllez
La
izquierda, en estos momentos, no solo está atomizada, sino casi pulverizada. El
responsable de esa dispersión institucional lo encuentro en la mente
maquiavélica de Carlos Salinas de Gortari. Y ni modo un señorón de la política.
Si
sale bien librada de esta crisis, la izquierda saldrá fortalecida y hasta con
la expectativa de ganar la presidencia. Acuérdense del aforismo: lo que no mata
fortalece.
Desde
su fundación como PRD la izquierda siempre estuvo atomizada, es decir, cada
grupo defendía lo suyo. No eran capaces de proteger a un aliado. Eran algo así
como el juego de Juan Pirulero “cada cual atiende su juego”.
Los
perredistas han pasado de las diferencia de sectas a tribus y en este momento
es institucional. Ya no se trata de un de un pleito entre ellos, sino de un
partido político con la imagen de izquierda. Cuando escribo esto pienso en un
partido que trata de ganarse la simpatía de otros sectores con peso político.
Contesto
que la enorme virtud de la izquierda es su posicionamiento ideológico. El PAN
se ubica a la derecha y el PRI al centro. Es decir, la izquierda en su discurso
está al lado y debajo de los más necesitados, por ellos lucha.
Si
a números no vamos, resulta que este espectro, la izquierda, es el más
numeroso. Hay más pobres que ricos, por ejemplo.
Pero
vayamos a la historia. 1988 en donde el PRI peleó contra todos los demás. El
candidato fue Carlos Salinas de Gortari y su cuestionado, hasta la fecha, triunfo
electoral. De inmediato Salinas en el poder se legitimó con el uso de la
violencia frente a los aliados de Cárdenas y luego desató una campaña de
desprestigio dirigida contra el PRD.
En
aquellos años era el partido de la violencia. Con los Bejarano fue el de la
corrupción. Ambas situaciones provocadas o aprovechadas por Salinas contra el
PRD. Desató su odio contra quien sembró la incertidumbre en las elecciones de
1988.
Ahora
de regreso al poder Salinas divide de sus entrañas al PRD. Ya no es desde
afuera. Aplicó una máxima de la política: divide y vencerás.
A
la izquierda del PRD, a los que no están de acuerdo con la firma del Pacto, le
quedan estas alternativas: a) forman su propio partido, b) se dirigen a Morena
c) dan la lucha interna d) se muestran pasivos en procesos electorales.
Ahorita
están hechos polvo, dispersos, confundidos. Pero si los Chuchos son capaces de
ceder a otros grupos perredistas lo que les van a dar (eso supongo porque hubo
pláticas, arreglos), entonces mantendrán al PRD cohesionado y vigoroso. En
cambio si se quedan con la oferta en unos meses estarán liquidados por sus
propios compañeros.
Cuál
podría ser el enorme error de los Chuchos al interior del PRD: no abrieron la
consulta.
Mientras
tanto a nivel internacional ya se envío el mensaje de que está legitimado el nuevo
presidente y que hubo una transición tranquila y pactada. Que en este país hay
madurez y por lo tanto confianza.
Querámoslo
o no reconocer esa firma del pacto por los tres partido más importantes en
México fue un golpe maestro para dividir a la izquierda y para ofrecer una
imagen de seguridad en las inversiones. revistaa@yahoo.com
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