David Martínez Téllez
Durante
la semana pasada se publicó una nota donde anunciaba la visita del nuevo
presidente, Enrique Peña Nieto, a Guerrero. Lo que diga y deje de decir, así
como la cercanía que muestre con algunos actores políticos enviará mensajes
políticos.
El
boletín no provino de la Dirección General de Comunicación Social ni tampoco
del PRI estatal Guerrero, pero se dio a conocer a través de la prensa impresa
que viene el presidente y que se reuniría con el gobernador, Ángel Aguirre
Rivero.
Cuando
se reunió Peña Nieto con Miguel Ángel Mancera, gobernador de la ciudad de
México, de filiación perredista, por espacio de 4 horas ininterrumpidas,
ofreció una serie de interpretaciones políticas, a grado tal, que hasta se
mencionó que este personaje podría desplazar a Marcelo Ebrard de la
precandidatura a presidente la república en 2018.
Esa
posibilidad está latente, porque en política todo puede ocurrir. Sin embargo,
existen en la misma cultura política otras leyes no escritas que rayan en la
lealtad. Asunto que en ciertos niveles de la política se respetan. Es decir,
que Mancera “está obligado” a ceder el espacio a Marcelo, porque éste le dio la
oportunidad a quien es hoy el gobernador de la ciudad de México, y porque
Ebrard ya pidió mano días antes de que concluyera su mandato.
Entonces
la visita de Peña Nieto a solas y sin emisión de un comunicado oficial del
contenido de la reunión con Mancera despierta suspicacias. Una de ellas es
tratar de dividir aún más a los perredistas porque unos se muestran
institucionales y otros todavía rijosos.
La
primera lectura política, en esa visita, es de espaldarazo de Peña Nieto al
gobernador. Y paralelamente incidir con la misma división entre perredistas. De
hecho ya se encuentran conflictuados: Sebastián de la Rosa, diputado federal,
calificó de populista al gobernador, y, el senador, Armando Ríos Piter, ya se
encuentra en plena campaña para la precandidatura a gobernador en 2015 y esta
propuesta es avalada por la mayor organización de peso político en la entidad,
Grupo Guerrero, coordinada por David Jiménez Rumbo, personaje que no alcanzó la
diputación plurinominal. Este acontecimiento indica que intervino un personaje
de peso político nacional, por supuesto a indicaciones del gobierno estatal. Las
facturas políticas se encuentran pendientes, deduzco.
La
política es de habilidades y de relaciones. Y quien en este momento ha
utilizado su poder ha sido el
gobernador, Ángel Aguirre Rivero. Muchos creen que Aguirre Rivero se ha
enfrentado con Rubén Figueroa Alcocer. Al contrario están unidos por intereses
políticos y comerciales. Destaco éste último dato: el fertilizante ya no lo van
a entregar los municipios, sino directamente el gobierno estatal. Es decir, la
entrega se realizará Figueroa a sólo un comprador y antes era a 82.
Además
el hijo, Rubén Figueroa Smutny, publicó en su muro de facebook una fotografía
en donde aparecen en una comida reciente: Rubén Figueroa Alcocer, Ángel Aguirre
Rivero, René Juárez y Armando Ríos Piter.
Dos perredistas y dos priistas.
Será
interesante, ver en esa visita, la relación que se supone estrecha entre el
gobernador y el presidente. Y también saber si llegara a darse un encuentro del
presidente con los priistas, de quienes, insisto no han boletinado si los va a
visitar. El tema de este encuentro sería las delegaciones para Guerrero.
¡Y
que creen! en esa cuestión se comenta que esos espacios se van a repartir entre
cuatro políticos de peso estatal. Antes de escribir los nombres, trasciende que
el 50 por ciento de las delegaciones serán designadas por el mismo presidente y
el resto entre los siguientes personajes: ¡Ángel Aguirre Rivero!, Rubén
Figueroa Alcocer, René Juárez y el cuarto estaría entre Manuel Añorve o Claudia
Ruiz Massieu o Héctor Astudillo. Nombramientos que se conocerán a mediados de
enero. Ya con los nombramientos en esa fecha sabremos quienes fueron
beneficiados.
Sólo
resta esperar la visita y conocer el discurso, así como los guiños y asistentes
al acto. revistaa@yahoo.com
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