jueves, 20 de diciembre de 2012

Figueroa 3


David Martínez Téllez

Rubén Figueroa Smutny, el tercero de la dinastía, por lo menos de los últimos 50 años. Antes hubo otros Figueroa: Rufo, Andrés, Rómulo, Ambrosio y Francisco. Y aunque a muchos no les guste, Smutny, políticamente hablando, se ha renovado. Así que el apellido Figueroa está vigente y fortalecido.

Los Figueroa, desde Huitzuco, allá en la primera década del siglo pasado, tomaron por asalto el poder. Eran parte de una cofradía. Y se hicieron poderosos con la ayuda del apóstol de la democracia: Francisco I. Madero. Durante los años turbulentos e inestables de la revolución trabajaron con bajo perfil. Resurge el apellido con otro baluarte de la revolución: Venustiano Carranza, quien le dio estabilidad jurídica a la nación.

El poder político de los Figueroa siempre estuvo latente en Guerrero. Hasta que Rubén Figueroa Figueroa exige su herencia política en la década de los 70. Es gobernador por la amistad con Luis Echeverría Álvarez, entonces presidente la República, quien decidía “hasta el movimiento de las hojas”.

Figueroa Figueroa persuadió a Echeverría de que en la entidad se necesitaba a un hombre audaz y valiente, entonces se decía a un hombre muy bragado. Por supuesto que se refería a él. En aquellos años había surgido la guerrilla campesina en Guerrero con Lucio Cabañas y Genaro Vázquez. Luego vendría la urbana con la liga 23 de septiembre.

El fuego se combate con fuego, le habría dicho Figueroa Figueroa a Echeverría, quien también compartía esos métodos.

Lucio y Genaro para conservar su movimiento se allegaban de recursos a través de secuestros de personalidades y asaltos a instituciones bancarias. Uno de los más conocidos fue el del rector de la universidad guerrerense, Jaime Castrejón Diez. Anoto una anécdota escrita por el mismo ex rector. Habían secuestrado al profesor. Se lo llevaron caminando por un cerro con los ojos vendados. Al quitarle el trapo de la vista Castrejón expresó: Ah, eres Lucio. Genaro contestó: qué me ves cara de puto?

En ese ambiente “caliente” es que llega Figueroa Figueroa a la gubernatura. Y esa imagen de hombre “mal hablado, rudo y resuelto” es la que se conserva.

En los noventa regresa el hijo a la gubernatura: Rubén Figueroa Alcocer, quien traba una amistad entrañable con Carlos Salinas de Gortari. Una interpretación de la caída como primer mandatario estatal (1996) fueron las diferencias políticas entre Salinas y Ernesto Zedillo Ponce de León. Éste último era el preciso del país y la última etapa del partido hegemónico. Hoy el PRI no es hegemónico, pero si mayoritario.

Con Enrique Peña Nieto está de vuelta Salinas en el poder federal y con él los Figueroa en la entidad. En la actualidad ya no todo lo decide el presidente, pero sí se le respeta su investidura. Es decir, que a la llegada de lo que le decimos democracia se ha establecido la competencia electoral. Gana quien obtenga mayor número de votos en un proceso. Y es aquí en donde entra perfectamente Figueroa Smutny.

Rubén Figueroa Smutny, por su edad representa a las nuevas generaciones del PRI. En contraste el mismo historial “negro” del apellido le pesa. Y ahí está precisamente su habilidad para sacarle provecho a su objetivo de convertirse, primero en presidente municipal de Acapulco y luego en la búsqueda de la gubernatura.

Hace unos días se reunión con los familiares del evento de Aguas Blancas (en donde perdiera la gubernatura su padre), en donde les ofreció su apoyo. Un acontecimiento inédito porque ambas partes encontraron un punto de acuerdo. Ese arreglo sólo se pudo dar por el acercamiento nuevos actores, es decir, los hijos de los protagonistas.

Figueroa Smutny en su afán de ser presidente municipal de Acapulco se está reuniendo con colonos del puerto. Está visitando los lugares más recónditos. Además como legislador ha propuesto iniciativas. También se encuentra realizando gestoría. Como joven de la política está incursionando en las redes sociales. Está dándose a conocer por todos los medios de comunicación.

En una palabra se está puliendo. El nuevo Figueroa está presente. A muchos de nuestra generación tal vez nos incomode el apellido Figueroa; pero él se está dando a conocer de otra manera y se está volviendo popular. Y eso es lo que se necesita para ganar un espacio político. Veremos hasta donde le alcanza su estrategia. revistaa@yahoo.com

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