jueves, 28 de febrero de 2013

Habilidad política


David Martínez Téllez

En términos estrictamente políticos (llegar o retener el poder) habría que celebrar ciertos mecanismos para apaciguar a un conglomerado en protesta y además ganarte al líder de aliado.

Me refiero al nuevo nombramiento del nuevo presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, ex secretario general de dicho organismo.

Luego de detener y llevar a la cárcel a la lidereza, Elba Esther Gordillo, existían dos escenarios: a) incremento de movilizaciones de descontento y solidaridad con la Gordillo y b) un amedrentamiento de esa organización por la forma expedita en su confinamiento.

Algunos estrategas políticos son de la idea, cuando deseas aniquilar al adversario, de realizar una asepsia general. Quitar o borrar todo lo que huela a lo anterior.

En el SNTE operaron con sutileza para el relevo. No para descabezar a la reina.

Que hayan puesto, evidentemente desde la casa presidencial, a Juan Díaz, plenamente identificado con Elba Esther, fue un movimiento bien planeado. Y es identificado con ella porque desde su primer cargo cercano a la lideresa sindical fue al fungir como secretario particular de la mismísima Elba Esther Gordillo Morales cuando lideraba la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP). Los demás cargos hasta llegar a la secretaría general fueron de la mano de ella.

La decisión de ese “continuum” tranquilizó al equipo de apoyo de la ex reina. Desactivó la protesta radical y pone en el camino de otra negociación con operadores de menor calibre.

Quienes iban a tratar de mantener la radicalización del movimiento de solidaridad a favor de Elba Esther era precisamente su aparato político, los que habían recibido favores de ella.

El gobierno entra a sustituirla y ahora se convierte en el padrino de los protegidos de Elba Esther.

Si se hubiera realizado el otro operativo, el de la limpieza total, tal vez la reacción sería la misma con la consecuencia de un enfrentamiento hasta violento. Escenario que a nadie conviene.

Habrá protestas del SNTE, pero se irán apagando conforme pase el tiempo, gracias a que les van a entregar “algunos apoyos” a los líderes ex gordillistas y éstos apaciguaran a sus correligionarios.

Se infiere que a Díaz de la Torre le ofrecieron seguridad en el puesto y otras dádivas y muchos privilegios. También, es de esperarse, que entienda el nuevo líder del SNTE, desde una visión política, que tendría que retirarse cuando el poder ejecutivo le diga “hasta aquí”.

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