David Martínez Téllez
Lo
dijo la secretaria general de la sección 02 del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), Antonia Morales Vélez. Luego lo confirmó
la Secretaria de Educación en Guerrero (SEG), Silvia Romero Suárez.
Destituyeron a Francisco Abarca Escamilla, como subsecretario de Planeación.
¡No lo puedo creer! Incluso aposté tres a uno que seguiría en ese puesto.
Tendré que cubrir la apuesta.
De
ninguna manera mi intención es defender a Abarca Escamilla. Sino tratar el tema
desde una perspectiva política porque la destitución de uno de los hombres más
cercanos al gobernador lleva varios mensajes políticos.
Los
trabajadores del SNTE, representantes de Elba Esther Gordillo, comenzaban a
rebasar las peticiones que podía ofrecer el gobernador: demasiadas recategorías
y puestos administrativos, lo cual representaba más gasto (no es lo mismo a
inversión). Era tal la demanda de los empleados de la SEG que la persona de
Abarca Escamilla ya había logrado conjuntar a los dos sindicatos (SNTE y la
CNTE). El argumento era su carácter, pero nunca su formación profesional o su
desempeño en el área. Aquí vuelvo a señalar que esta persona posee una maestría
en una universidad de prestigio académico.
Los
maestros del SNTE y algunos de la CNTE estaban pidiendo a cambio de la
permanencia de Abarca Escamilla la suspensión de órdenes de aprehensión. Podía
ceder con los del SNTE pero no con los de la CNTE porque son quienes están
paralizando las actividades en Acapulco.
Si en
este momento los dueños de la empresa Estrella de Oro le están fincando
responsabilidades de delito a los estudiantes de Ayotzinapa por el secuestro o
rapto de autobuses, realizar una acción en contrario enviaría un mensaje de
debilidad, tanto a los profesores paristas en Acapulco como a los estudiantes
de la Normal de Tixtla.
Es
probable que el gobernador haya establecido una negociación política con la
secretaria general del SNTE, la maestra Elba Esther Gordillo Morales, con la
intención de que ésta se convierta en una especie de bisagra para llegar a los
actores o actor principal dentro del PRI. Se ha asomado la idea de que el
gobernador se ha alejado de los sentimientos de quien será el nuevo presidente.
Elba
Esther, la secretaria general se ha convertido dentro del PRI, en un factor
político de relevancia porque sus diputados en el Partido Nueva Alianza han
votado a favor de las propuestas en la Cámara de diputados federal.
Los
maestros lograron cohesionarse y estaban a punto de bloquear no sólo las
principales avenidas de la ciudad, sino de sitiar a toda la capital. Si los
maestros de Oaxaca cerraron las carreteras federales, aquí porque no. Esa era
la intención.
Los
tiempos políticos omnímodos se han trastocado. Antes lo que decía el gobernador
se convertía en ley. Ahora existen contrapesos políticos. Y, creo que el
gobernador pensó en las molestias que un paro de esas dimensiones le iba a
ocasionar ante la sociedad guerrerense o que en un descuido se podría repetir
lo que sucedió un 12 de diciembre de 2011.
La
situación era complicada y optó por quitar a Francisco Abarca Escamilla, casi
su parna, como se dice en Acapulco. Esperaba que por esa relación y de acuerdo
a la sicología del gobernador no iba a mover a su amigo entrañable.
El
otro mensaje que está enviando es que no dudará en quitar o renunciar a
aquellos funcionarios que, primero, sean muy sus amigos, no soportará a
aquellos que cometan tropelías y menos a los que se les encuentre peculado o
fraude. revistaa@yahoo.com
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