La política, sostiene una de sus leyes, es cíclica. Se
repite.
En México los políticos pragmáticos la han definido
como la rueda de la fortuna. Y la simplifican aún más: a veces estás arriba y
en otras abajo.
En este ambiente de pleonasmo político el PRD hace lo
que hizo el PAN.
Dos grandes acontecimientos nos ofrecieron los
panistas. a) exhibir a nivel internacional el autoritarismo de un partido en 1982 y b) y
que es posible la alternancia en la conducción del país en 2000.
Dos líneas se rescatan en esos eventos. Una discusión
que casi lleva a una división en el primer momento y, en el segundo, un
acercamiento con el grupo en el poder.
La izquierda sufrió un desgarramiento por su participación
en eventos electorales; luego llegó a una gran unidad con la conformación del
PRD y con ello la reforma política de 1977, éste fue su primer momento.
En la segunda circunstancia un grupo de perredistas se
han acercado a negociar con el grupo en el poder. Incluso apoyan sus
propuestas.
Situaciones similares entre los identificados como
derecha y ahora los denominados izquierda.
Con esos arreglos los panistas llegaron a la presidencia.
Y es el objetivo de algunos perredistas, porque perciben la reiteración de
sucesos políticos.
Con la alternancia y el PAN en la silla presidencial
avanzó la democracia. Si el PRD consiguiera ese puesto la democracia mexicana
se consolida.
Sólo apunto que sería una democracia electoral, de
participación social, pero no de solución a los problemas sociales y económicos
de una nación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario