Los
dos partidos políticos más importantes en Guerrero (PRD y PRI) pregonan unidad
e inclusión y al mismo tiempo excluyen, lo cual debería tomarse como una
contradicción; pero como es discurso entonces se traduce en prolegómenos
políticos.
Esa
muestra de presionar con una mayoría es el signo que en estos momentos estamos
observando en la política nacional, concretamente en el poder legislativo.
Ni
modo nuestra cultura política continúa siendo centralista.
Con
el tema de la reforma político electoral atestiguamos como tres partidos
hicieron añicos a las minorías, y, eso no es debate; simplemente uso del poder
a través de un pacto.
Con
la reforma energética ya no son tres partidos sino dos frente a uno. Tampoco es
debate sencillamente aplastar al que diverge.
El
Pacto por México es un acuerdo de tres; pero jamás se quiso contemplar a los
demás actores políticos, económicos e ideológicos. Es decir, la mayoría frente
a la minoría y eso es intolerancia. Nunca consenso.
En
un debate se escucha el disenso y luego se procesa para ver la posibilidad de
contemplarlo ya que, se supone, todos persiguen el bien común.
Se
está replicando esa mayoría contra la minoría (ejemplo como lo he citado el
poder legislativo) en los dos partidos más importantes de Guerrero.
El
PRD se dice de unidad (Nueva Izquierda y Unidad de Izquierda Guerrerense) y se
está enfrentando a otra corriente de mayor peso político como lo representa
Grupo Guerrero de David Jiménez Rumbo.
Eso
no es unidad, sino mayoría con la intención de aplastar a sus adversarios.
El
mismo esquema de mayoriteo se observa en el PRI, con la creación de una nueva
corriente, quien se dice incluyente donde tampoco se encuentra otro grupo
poderoso económicamente como los Figueroa.
Una
de las virtudes de la política profesional es la paciencia, cuestión que no se
observa en ninguno de los partidos políticos.
Tampoco
se ve el diálogo que tanto pregonan.
La
política política busca evitar conflictos y, por lo que observo, no se aplica
esta regla de oro, ni en el poder legislativo (donde debería prevalecer), ni en
Guerrero.
En
lugar de encontrar soluciones, al parecer buscan apuros.
En
el contexto que atravesamos lo que se requiere es más diálogo y luego acuerdos
para conseguir tranquilidad.
Sino
es así, no se está haciendo política, sino sólo perseguir intereses.
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