miércoles, 11 de diciembre de 2013

Unidad, dividida

Los dos partidos políticos más importantes en Guerrero (PRD y PRI) pregonan unidad e inclusión y al mismo tiempo excluyen, lo cual debería tomarse como una contradicción; pero como es discurso entonces se traduce en prolegómenos políticos.

Esa muestra de presionar con una mayoría es el signo que en estos momentos estamos observando en la política nacional, concretamente en el poder legislativo.

Ni modo nuestra cultura política continúa siendo centralista.

Con el tema de la reforma político electoral atestiguamos como tres partidos hicieron añicos a las minorías, y, eso no es debate; simplemente uso del poder a través de un pacto.

Con la reforma energética ya no son tres partidos sino dos frente a uno. Tampoco es debate sencillamente aplastar al que diverge.

El Pacto por México es un acuerdo de tres; pero jamás se quiso contemplar a los demás actores políticos, económicos e ideológicos. Es decir, la mayoría frente a la minoría y eso es intolerancia. Nunca consenso.

En un debate se escucha el disenso y luego se procesa para ver la posibilidad de contemplarlo ya que, se supone, todos persiguen el bien común.

Se está replicando esa mayoría contra la minoría (ejemplo como lo he citado el poder legislativo) en los dos partidos más importantes de Guerrero.

El PRD se dice de unidad (Nueva Izquierda y Unidad de Izquierda Guerrerense) y se está enfrentando a otra corriente de mayor peso político como lo representa Grupo Guerrero de David Jiménez Rumbo.

Eso no es unidad, sino mayoría con la intención de aplastar a sus adversarios.

El mismo esquema de mayoriteo se observa en el PRI, con la creación de una nueva corriente, quien se dice incluyente donde tampoco se encuentra otro grupo poderoso económicamente como los Figueroa.

Una de las virtudes de la política profesional es la paciencia, cuestión que no se observa en ninguno de los partidos políticos.

Tampoco se ve el diálogo que tanto pregonan.

La política política busca evitar conflictos y, por lo que observo, no se aplica esta regla de oro, ni en el poder legislativo (donde debería prevalecer), ni en Guerrero.

En lugar de encontrar soluciones, al parecer buscan apuros.

En el contexto que atravesamos lo que se requiere es más diálogo y luego acuerdos para conseguir tranquilidad.


Sino es así, no se está haciendo política, sino sólo perseguir intereses.

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