domingo, 3 de agosto de 2014

PRI a la oposición


El mejor escenario para que el PRI Guerrero regresara a la gubernatura es la división de las izquierdas. Es lo óptimo, tal y como sucedió cuando participó Manuel Añorve Baños para la presidencia municipal de Acapulco. Las izquierdas se enfrentaron y Añorve entró como cuchillo en mantequilla. Ganó la presidencia municipal.

Por un lado el PRD, partido que había retenido la silla municipal hasta por tres ocasiones, se enfrentaron en, por lo menos dos grupos. Movimiento Ciudadano, entonces Convergencia, también postuló a su candidato con Luis Walton. La izquierda se presentó en trazos y se hizo trizas.

La enorme virtud de los priistas es que todos coincidieron con Manuel Añorve Baños bajo el auspicio de Manlio Fabio Beltrones. Además los tricolores ya estaban desesperados por encontrarse fuera del presupuesto, lo cual ayudó a la concomitancia.

La escenografía estaba destinada al triunfo del priismo en Acapulco. Situación que esperan se repita para el próximo año que se disputa la gubernatura.

Si aquí menciono los enfrentamientos de la izquierda en Acapulco es porque esas diferencias derivaron del candidato. No hubo acuerdo por la persona que iba a encabezar la planilla. Desbordaron confianza en que la gente repitiera su gusto por el partido. No fue así, ya que los mismos perredistas originaron la división y a sus simpatizantes y militantes los confundieron. Esquema que los priistas, en estos momentos, creen que se está repitiendo.

Los tricolores han presentado a cuatro precandidatos: Manuel Añorve Baños, Mario Moreno Arcos, Héctor Astudillo Flores y Cuauhtémoc Salgado. Otra aspirante que no puede ser desdeñada es Claudia Ruiz Massieu. Hasta el momento han dado visos de civilidad priista y no desean confrontarse para evitar fisuras. Por lo tanto, si bien todavía no se ponen de acuerdo con el candidato, lo que sí han logrado es coincidir en el tema: ser oposición al gobierno identificado de izquierda.

Los cuatro precandidatos priistas se oponen a las propuestas del actual mandatario. Por ejemplo, objetan la iniciativa del gobernador respecto a la despenalización del aborto; ahora cuestionan la aprobación del Auditor General del Estado, Alfonso Damián Peralta, porque argumentan han descubierto vínculos con partidistas con el mandatario; desaprueban que los impuestos a través del predial les sean retirados a los presidentes municipales para entregárselos al gobierno estatal, ahora nos vierten su opinión sobre la inseguridad en donde cuestionan el mando único, ya que nos dicen ha sido un fracaso.

El discurso como puede observarse es de oposición con la esperanza de que los votantes vean que este gobierno ha sido incapaz de solucionar sus problemas.

Pero este es un lado de la moneda. El optimista de los priistas y de su unidad temática.

La otra faz. Hasta hace unos 15 días la izquierda presentaba a dos personajes con peso político: Armando Ríos Piter y Luis Walton Aburto.

El fin de semana pasado se conoció la declinación de Ríos Piter para favorecer al hijo del gobernador rumbo a la candidatura al municipio de Acapulco. Muchos leyeron una tácita declinación rumbo a la gubernatura de Ríos Piter por dos consideraciones: a) cómo es posible que un personaje con mayores pretensiones (la gubernatura) solicite apoyo a quien va por un espacio de menor importancia (una presidencia municipal) y b) el grupo de mayor peso político, como lo es Grupo Guerrero, estaba -en ese momento- confrontado con el gobernador y al mismo tiempo el candidato de Grupo Guerrero (o sea Armando Ríos Piter) estaba solicitando una alianza. Existía choque de intereses.

Resultado Grupo Guerrero dejaba de tener candidato a la gubernatura y Ríos Piter ya no contaba con el apoyo de Grupo Guerrero. Esa situación se observa cuando los miembros de esta organización publicitan una reunión con sus diputados locales y uno que otro diputado simpatizante para exigir la destitución del presidente de la comisión de gobierno, Bernardo Ortega Jiménez, en la gráfica ya no aparece Ríos Piter, como tampoco en convites políticos posteriores.

Al parecer queda sólo un candidato por las izquierdas en la persona de Luis Walton Aburto.

De cumplirse la anterior descripción entonces el PRI ya no tendría un escenario favorable con las izquierdas divididas y así regresar a dirigir la gubernatura.

Es en este nivel que la mejor elección priista es que hayan coincidido en ser oposición en su discurso.

El otro dilema que van a enfrentar los tricolores es a la resistencia de, nuevamente, encontrarse alejados del presupuesto. Incluso algunos sectores han tendido puentes de plata con colaboradores cercanos a quien percibe será el candidato de unidad de las izquierdas.


Porque un asunto es decir que se es de oposición y otra, la pragmática, acercarse a la vela para ser iluminados. revistaa@yahoo.com

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