El punto de quiebre del mandato de Ángel Aguirre Rivero, no
fue el 26 y 27 de septiembre del año que transcurre, con lo ocurrido en Iguala;
ese acontecimiento, pasado el toro, fue consecuencia de su petición, casi un
año antes, 29 de septiembre de 1913, ante el presidente Enrique Peña Nieto de
castigar a aquellos políticos que habían autorizado el cambio de uso de suelo
en Acapulco.
La solicitud de encontrar responsables a tantas muertes fue realizada por los desastres ocasionados a través de los fenómenos naturales de Ingrid y Manuel, hace un año. Una sugerencia que se puede calificar de normal.
El 23 de septiembre del año en curso se publicó una nota en donde se señala que los directamente implicados en lo que había pedido Aguirre, hace un año son: René Juárez Cisneros, Félix Salgado Macedonio, Zeferino Torreblanca Galindo y Manuel Añorve Baños.
Trascendió que el expediente para castigarlos ya se
encontraba en la PGR y en Los Pinos. Parecía que el asunto iba en serio. Este
fue el atrevimiento de Aguirre e inicio de su debilidad política, pero todavía
no se percibe su ocaso. El discurso del gobernador interino, Rogelio Ortega
Martínez, deja entrever que Aguirre continua vigente políticamente.
El anuncio de los responsables de humedales lo escribí en mi
cuenta de Facebook como: “Bomba política”; representó el corolario del señalamiento lo cual se
representa en la licencia del gobernador de Guerrero.
Casi a la semana de conocerse quienes eran responsables de
haber expedido licencias para construcción de condominios y casas habitación en
lugares prohibidos, asesinan a estudiantes normalistas en Iguala, resulta
baleado un joven futbolista y fallece una señora. Todavía no se sabe del
paradero de 43 alumnos de nuevo ingreso de la escuela rural de Ayotzinapa.
El eslabón perdido de la información de los sucesos del 26 y
27 de septiembre es el matrimonio Abarca-Pineda. Sin su punto de vista todo es
confuso. Hasta se permite el empalme de aquellos fatídicos acontecimientos con
otros grupos, porque la información persigue objetivos políticos.
El cénit político de Aguirre se ubica el 7 de septiembre de
2014 cuando logra ganar, con su grupo Izquierda Progresista de Guerrero, las
elecciones internas del PRD.
Tenía todo desde el punto de vista político. La amistad
pública del presidente, el control del PRD en Guerrero y con ello, casi en la
bolsa, la candidatura a presidente municipal de Acapulco en su hijo Ángel
Aguirre Herrera.
De acuerdo a esta narración de hechos Aguirre se atrevió a tocar otros intereses. No se lo permitieron. Es una lástima pero los normalistas de Ayotzinapa fueron el pretexto; es decir, grupos políticos están disputándose el poder en Guerrero.
Es, por supuesto, mi punto de vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario