martes, 25 de noviembre de 2014

Presente del PRD Guerrero

Nos guste o no el Partido de la Revolución Democrática sigue siendo la primera fuerza política en la entidad.

Controla la mayor parte de los ayuntamientos, el Congreso local y de alguna manera el poder ejecutivo. Ese es el presente.

El futuro, como muchos temas en política es incierto. Aunque se perciba, por el caso Ayotzinapa-Iguala-Abarca, que va perdiendo simpatía. Sin embargo,…

Las corrientes políticas preponderantes o su clase política llegó a un acuerdo: nueva dirigencia estatal bajo un acuerdo político y eso demuestra, querámoslo o no, unidad interna. Misma que atado a las inconformidades. O ¿Acaso se han escuchado o leído, con cierta insistencia, reclamos? Desde mi perspectiva, no.

Y con esa fuerza política le exigen y le reclaman al gobernador. Hasta frívolo le dicen.

La interrogante es ¿serán capaces estos perredistas de quitarlo? Como lo dije anteriormente tienen la fuerza política en el Congreso local, pero no el control porque se toparían con otros partidos como PRI, PAN y Movimiento Ciudadano; ya que, considerarían metería a la entidad en otro tipo de inestabilidad. O acaso será ¿solamente una presión? Como quiera que sea existen diferencias perredistas, lo cual evidencia daños colaterales.

Pero antes del estropicio externo, es una lástima, pero los perredistas están más preocupados por sus intereses gremiales.

Ellos, los perredistas lo aprobaron como gobernador, y lo designaron desde el poder legislativo. Por lo tanto es su responsabilidad política. Y dada la imagen social que se percibe del nuevo mandatario es que reciben daño a su imagen (¿maás?), por lo que ahora desean corregir. O será que el gobernador no les cumple sus caprichos, precisamente porque ellos lo designaron, lo cual también envía mala señal política, por ausencia de cumplimiento en los compromisos.

Los perredistas, a través de su nuevo presidente estatal, Celestino Cesáreo, se han molestado con el mandatario, pero tampoco proponen alternativas para la situación que atravesamos. Piden organizar una mesa de diálogo para intercambiar opiniones sobre la crisis política y encontrar posibles soluciones y para ello recurren al gobernador. La otra pregunta que formulo. A poco ellos, los perredistas, con su fuerza política ¿carecen de capacidad de convocatoria? O, todavía más, ¿osarán contemplar las iniciativas de sus adversarios políticos cuando lesionen sus intereses en esos diálogos?

El presente es que entonces nos encontramos con un partido unido y fuerte, dirigido a sus huestes, a su interior; pero en sentido contrario débil socialmente porque su imagen por el asunto Ayotzinapa-Iguala-Abarca los tiene sumidos. Con todo lo anterior hay que agregarle: sin ideas del cómo enfrentar la situación actual.


El futuro lo tienen a escasos 8 meses y no es nada halagüeño.

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