Andrés Manuel López Obrador ¿es el mismo de 2006, a la fecha? Sí y no.
La respuesta, como podrán leer los avispados, es una contradicción. Y es que
así es o ha sido AMLO en su larga trayectoria en búsqueda de ganar la presidencia
de la Republica de México.
Sí, es la misma persona. Lo destaco porque en el sistema político
mexicano en la actualidad ya están participando los hijos de políticos. Por
ejemplo, Alfredo del Mazo Maza en el Estado de México su progenitor Alfredo del
Mazo González fue gobernador en 1981.
Otro ejemplo es Alejandro Murat Hinojosa, actual gobernador de Oaxaca
e hijo de José Murat Casab quien gobernó esa entidad en 1998.
En la historia política mexicana es la segunda persona que contendrá
por tercera ocasión por la máxima representación. El primero fue Cuauhtémoc
Cárdenas Solórzano en 1988, 1994 y 2000.
Se percibe que en 88 Cárdenas le ganó a Carlos Salinas de Gortari,
pero Manuel Bartlett Díaz, entonces secretario de gobernación hizo que se
cayera el sistema electoral. Bartlett en la actualidad es aliado de AMLO. Aquí
ya no es un político congruente; pero hace política porque requiere de aliados.
La ventaja de AMLO sobre Cárdenas es su alta votación en cada evento.
En 94 y dos mil Cuauhtémoc obtuvo 5 y 6 millones de votos. AMLO subió a 15 y
luego a 16 millones en 2006 y 2012, respectivamente. En este momento, de
acuerdo a encuestas López Obrador es el político más popular.
Al hablar de percepción es necesario recordar 2006 cuando por medio
punto porcentual perdió la presidencia AMLO frente al panista Felipe Calderón
Hinojosa. La única explicación que encuentro para haber perdido es una alianza
entre priistas y panistas para cerrarle el paso a AMLO. En este año se recuerda
a AMLO como el candidato presidencial que “mando al diablo a las
instituciones”, se ganó el mote de autoritario. Tampoco logró acuerdos con la
clase empresarial.
Cuando AMLO fue gobierno en el Distrito Federal (2000) aplicó un
programa social de ayuda a personas de la tercera edad, esquema replicado en
todo el país porque daba votos.
Ha conservado su discurso de ubicarse en contra de cualquier
iniciativa que emita o realice el gobierno federal en turno. Esta posición
ideológica le ha incrementado popularidad. Parece contradictorio que en la
actual coyuntura pida apoyar al presidente Enrique Peña Nieto en la reunión con
el presidente estadounidense Donald Trump. En realidad como político populista
que es entiende que Trump presenta animadversión entre los mexicanos.
Simplemente se monta. No es el mismo, perdió congruencia.
Tampoco es el mismo cuando se ha aliado con empresarios (grupo
Monterrey) ya sea industriales o de medios de comunicación (TV Azteca) cuando
los califica de mafia del poder. Se entiende que hace política y por lo tanto
requiere de aliados, pero su discurso ha variado y es contradictorio.
Si llegara a ganar la presidencia nos vamos a conocer a un político
contradictorio y autoritario. Ni modo es parte del aprendizaje político
cultural que tenemos que vivir los mexicanos.
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