miércoles, 1 de marzo de 2017

Saúl Beltrán diputado local Guerrero, fuero

En menudo problema se encuentra el PRI estatal Guerrero con el tema del diputado local y ex presidente municipal de Totolapan, Saúl Beltrán Orozco quien es señalado por los temas: asesinato y vinculado con un grupo del crimen organizado.

Del primer tema y de acuerdo a dictamen de una jueza se dictaminó que es responsable de la muerte de un empleado del lugar donde gobernó de nombre José Antonio Ceferino Gil.

Por ese señalamiento la Procuraduría local emitió un juicio de procedencia ante al Congreso local para retirarle el fuero.

En ese tema nos encontramos porque la Comisión de diputados que lleva el asunto está solicitando mayor información. Se abrió un compás de espera.

Si se tratara de un tema jurídico la temática ya tendría una solución: por lo menos estaría detenido para continuar con la investigación.

No puede señalársele de culpable porque la autoridad no ha emitido un veredicto final.

Lo que habría que comentar es la fuerza de la televisión entre los políticos. Pues resulta que se inicia la polémica sobre el actuar del diputado Saúl Beltrán porque el tema fue abordado por Denisse Maerker en el noticiario de mayor audiencia en el país.

Los priistas han mostrado dos posiciones. Que se le retire el fuero y enfrente el señalamiento como cualquier ciudadano.

Y el otro posicionamiento político –y lo es precisamente por omisión- es que conserve el fuero y evitar que sea juzgado. Con esta posición esperar a que la gente olvide el tema y que continúe el “show”.

Y es que es complejo llegar a una solución. Si le retiran el fuero, entonces, por cualquier circunstancia los grupos políticos exigirán a un diputado que se someta al juicio de las leyes. Sea grave la falta o no.

Como priista (realizo una empatía) si se le retira el fuero al diputado sería un triunfo político de los adversarios. Una mancha más al tigre pintada por la sociedad, con altos signos de alzheimer. El reconocimiento social sería efímero.

No le quitan el fuero, entonces los adversarios comenzarían una campaña de desprestigio contra el PRI. Regresaría el asunto en eventos políticos pero para ese tiempo (que sería 2018) ya se hablaría de otra temática.


Lo que no deberían hacer los priistas es seguir aplazando la resolución porque en este escenario le siguen dando armas a sus contrincantes.

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