Sólidos hacia fuera, desgarrados por dentro

El título de este artículo es una paráfrasis de otro epígrafe del periódico español El País de Jacobo García: “PAN y PRD, la alternativa mexicana unida por fuera y fracturada por dentro.”

El corresponsal ofrece una breve información de la división interna que viven los dos partidos.
Los calderonistas contra anayistas en el PAN, y, en el PRD, los que se van a Morena frente a los que se quedan en este partido.

La unidad hacia afuera es, escribe el periodista, para frenar al más popular de los precandidatos a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador.

El contraste de unidos y desgarrados de las cúpulas partidistas, tanto de panistas como de perredistas, sólo se entiende por la persecución de intereses personales.

Ni siquiera alcanzan a preocuparse por beneficios partidistas.

Deduzco que existe un gran acuerdo de las elites de ambos partidos (en comento) con el partido en el poder para formar un gran frente contra Morena. Es la única manera de enfrentarlo dada su enorme popularidad. –Esto no quiere decir que sea lo mejor-.

En otras palabras: todos contra López Obrador. Ofrezco mi interpretación: Y como están “todos” en pláticas para derribar a AMLO es probable que en un acuerdo político de este gran frente puedan encontrar a un candidato que los una y poder competir en 2018.

Sólo unidos le ganan a Morena y en esta circunstancia “cualquiera” de este frente puede ser el candidato. Dos partidos (PRI y PRD), ya concluyeron en sus respectivas asambleas nacionales que apoyarían a un personaje externo. El presidenciable puede ser hasta de Movimiento Ciudadano o del Verde. Incluso, psicológicamente un gran frente persuade a los indecisos. Es un escenario.

A cualquier poder le conviene mantener a sus adversarios divididos. En este tablado es más sencillo que el partido en el poder conserve su estatus. Al abordar el tema de fragmentación interna juega un papel trascendental, en el partido Morena, lo que vaya a decidir Ricardo Monreal.

Como en el ajedrez, el PRI, mueve sus piezas en los dos sentidos, aunque parezca contradictorio, con el objetivo de conservar el poder o, por lo menos, no perder beneficios políticos.