jueves, 24 de enero de 2013

Lo dijo MacArthur


David Martínez Téllez

A Douglas MacArthur, un soldado norteamericano, héroe de, literalmente, muchas batallas, se le atribuye la frase y volveré. Esto no le encontré en la literatura que revisé y sí en diferentes series de televisión y películas cuando aluden a este militar.

Recuerdo la leyenda para referirme al regreso del PRI al poder presidencial y en ese mismo nivel al retorno de un sistema que se pensaba superado: partido único. Efectivamente, no es exactamente igual, pero sí muy parecido.

Lo que observo como una restitución de aquel régimen de partido único tiene, como todo, un origen.

El doctor Luis Javier Garrido en su libro El partido de la revolución institucionalizada nos dicta que México ha sido un país que desde finales del siglo XIX optó por el capitalismo. Y en la fase conocida como Revolución Mexicana la disputa por el poder era entre un pequeño grupo de personas.

En ese nivel Álvaro Obregón tuvo el tino de corromper a otros liderazgos para controlarlos. Luego con Plutarco Elías Calles acertó con la distribución de beneficios (siempre a un reducido grupo) y,  en los casos contrarios a las indicaciones simplemente terminaban en forma trágica.

Lázaro Cárdenas amplio lo anterior con la corporativización. Él último militar en la presidencia se distinguió por ampliar el mandato y obligar a alternar el poder con el mismo grupo. Los eternos aliados de ese minúsculo equipo  fueron los mismos empresarios, así como dueños de medios de comunicación y la iglesia católica.

El placer de mandar y el privilegio del poder y sus beneficios se quedaban entre ellos. Hasta que un personaje en la toma de decisiones quiso romper las reglas no escritas de la política mexicana. Los demás se opusieron y lograron quitarlo, porque si algo ha caracterizado al sistema político mexicano era precisamente el de circular la silla presidencial entre esos grupos de poder.

Esa ruptura entre la clase gobernante abrió la posibilidad de que llegara otro partido político a dirigir la nación. Apenas fueron dos sexenios  de ausencia y los que estuvieron en el poder, como dijo MacArthur, regresaron y con ellos el intento del sistema que los retuvo por décadas en el poder.

Los neo priistas están distribuyendo los beneficios, pero ahora a un grupo un poquito más amplio, entre los que se encuentran perredistas y panistas.

Este es el ejemplo más evidente para corporativizar a los adversarios del PRI. El pacto por México. En el fondo es una manera de distribuir la riqueza. Algunos han deseado que fuera un tema parecido al acuerdo de Moncloa en España. No es así, porque en México sólo acordaron tres partidos; en la madre patria fueron todos los actores.

El mismo pacto por México hizo a un lado al poder legislativo, porque repartieron el presupuesto sin una discusión de los diputados.

Esos tres partidos se van a enfrentar a otra minoría ubicada en el magisterio. Y eso no es política (Ilegar a acuerdos) sino mayoritear con la ley en la mano.

El viejo sistema ha regresado y está avasallando a otros poderes, como ha acontecido con el judicial frente al ejecutivo; ahí está la liberación de la francesa Cassez, quien a los primeras indicaciones del nuevo presidente ha cambiado su orientación jurídica.

Si con Cárdenas corporativizaron a sus amigos, hoy lo están realizando con quienes fueron adversarios. El sistema político, al parecer, está aceitadito para que el PRI se quede otras décadas, como en los viejos tiempos.

Los nuevos políticos le envían a la sociedad buenos deseos, tal y como lo han anunciado con la cruzada contra el hambre. A la clase política beneficios reales; cuando se dirigen a la comunidad son excelentes esperanzas.

Como dijo MacArthur, regresaron… revistaa@yahoo.com

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