Hasta algunos dirigentes de
corrientes políticas del PRD guerrerense ya dan por muerto al PRD después del 2018.
Señalo a uno que hizo
recientemente la siguiente declaración periodística: “si el PRD no se alía
con alguien va a desaparecer”. La frase es de Oscar Chávez, líder de Izquierda
Democrática Nacional, en el Estado de Guerrero.
Y es que la tiene difícil el PRD
nacional y de Guerrero.
La tentación se ubica en una
alianza, eso lo tienen muy claro la mayoría de los perredistas. El dilema lo
encuentran a quién dirigirse; si con el PAN (en Guerrero es escasa su
presencia) o con Morena de López Obrador.
López Obrador no les va a dar
espacios, eso también lo han contemplado y es en ese sentido que dudan en
celebrar una alianza con este partido.
Con el PAN el problema es
ideológico; pero, también lo entienden con posibilidades de ganar la
presidencia con la certidumbre de que sí les van a dar lugares de toma de
decisión.
Los dos escenarios lo han
discutido las cúpulas perredistas; donde no logran conectar sus privilegios es con sus bases.
Éstas son perredistas y no quieren, ni siquiera, un acercamiento con el PAN.
Tal vez con Morena porque entienden que son la izquierda.
Vislumbrado así el asunto, las
dirigencias, en caso de decidirse juntar con el PAN, se irían sin base social;
si llegaran a unirse con Morena no tendrían la oportunidad de sentarse detrás
de un escritorio. Poca cosa ¿no?
Otro escenario es que las
corrientes se queden organizando y apoyando al PRD y con lo poco (es lo más
probable) o mucho de su cuota electoral les toquen las diputaciones que le
corresponda. Lo que es cierto es que el PRD conserva el 3 por ciento que
necesita para conservar el registro como partido nacional.
Lo interesante será saber cuál
tentación tomará la mayoría; porque así como lo dibujan sus dirigentes va a salir
dividido el perredismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario