De
acuerdo a nuestra historia política para que un pequeño grupo asegure la
permanencia en el poder es vital ceder la autoridad de mando a alguien que no
sea del mismo equipo de colaboradores.
La
marca fue instituida por Lázaro Cárdenas del Río a la hora del relevo
presidencial en 1940. Tenía que ser Francisco J. Múgica el sucesor porque era
principal ayudante de Cárdenas, poseía todas las cualidades de un político
leal.
La
justificación de Cárdenas para inclinarse por Manuel Ávila Camacho es que
Múgica era un radical.
El mensaje,
en caso de nombrar a Múgica, significaba el retorno a una autocracia como lo
habían sido Porfirio Díaz y también como lo intentó Álvaro Obregón y que casi
lo logra Plutarco Elías Calles con su maximato.
Manuel
Ávila Camacho fue la transición de lo militar a lo civil.
Cárdenas,
con ese cuño, dio una vuelta de tuerca y abrió, al grupo gobernante, la
posibilidad en un futuro inmediato, que un representante de cada agrupación
pudiera dirigir al país. Esa
eventualidad dio tranquilidad a esa pequeña coalición y paz a la nación.
El
mejor logro político: el PRI retuvo el poder 60 años.
La
breve historia la retomo para compararla con lo que está por vivir el PRD.
Al
igual que Porfirio Díaz el poder estuvo centralizado en este partido de
izquierda por Cuauhtémoc Cárdenas. Lo postularon en tres ocasiones para la
presidencia de la República.
Respecto
a la presidencia nacional lograron lo mismo que el PRI: ceder el poder al
pequeño grupo gobernante proveniente del partido oficial. (Hay que recordar que el PRD se logra por una
ruptura del partido único).
Luego
llega a la presidencia nacional del sol azteca, Andrés Manuel López Obrador, y
al igual que Obregón intenta postrarse en el poder.
A
diez años de su fundación como opción política el mismo AMLO cede la dirigencia
a la izquierda “natural”, quienes dirigen al PRD por seis años (Pablo Gómez,
Amalia García y Rosario Robles y Leonel Godoy).
Al
término de este periodo retorna el liderazgo nacional del PRD a ex priistas
(Leonel Cota Montaña y Raymundo Cárdenas junto con Graco Ramírez). Desde 2008 a
la fecha retoman la dirección los chuchos con Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús
Ortega Martínez y Jesús Zambrano.
El
dilema histórico y de unidad del PRD se encuentra en la permanencia del mismo
grupo en el poder como lo representan los Chuchos con la postulación de Carlos
Navarrete como presidente nacional o negociar, sus privilegios y la permanencia
del mismo partido como opción política, con la petición de la candidatura de
Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia nacional.
Por
un lado está la autocracia de los Chuchos (desde Acosta Naranjo hasta Navarrete,
en caso de ganar nuevamente) o el retorno del absolutismo de Cárdenas. Por
supuesto que no se trata de democracia, sino de conservar beneficios.
La
misma historia político negociadora de los Chuchos le da un plus a Cárdenas, en
aras de una unidad perredista.
El
siguiente escenario sería Cárdenas contra López Obrador. Cada cual por obtener
las canonjías del sistema mexicano de partidos políticos. Recursos económicos.
Ofrezco
referencias para visualizar quién podría obtener más votos si llegara a
presentarse este marco.
Cárdenas
en 1988 se percibe ganó las elecciones presidenciales. Resultados oficiales: Salinas 9 millones y
medio, Cárdenas 6 millones, Manuel Clouthier 3 millones -números redondos-.
En
1994: Ernesto Zedillo 17 millones, Diego Fernández de Cevallos 9 millones y
Cárdenas 6 millones.
En
2000: Vicente Fox Quezada 16 millones, Francisco Labastida 13 y medio millones
y Cárdenas 6 millones.
2006:
Felipe Calderón 15 millones, Andrés Manuel López Obrador 15 millones y Roberto
Madrazo Pintado 9 millones.
2012:
Enrique Peña Nieto 19 millones, Andrés Manuel López Obrador 16 millones y
Josefina Vázquez Mota 13 millones.
Cárdenas
representa la unidad interna del PRD, sin embargo, electoralmente mantuvo su
votación. Mientras que López Obrador incrementó su imagen.
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