lunes, 14 de diciembre de 2015

Acercamiento entre políticos y crimen organizado, sugiere catolicismo

No es la primera vez que la iglesia católica se pronuncia por un diálogo entre el gobierno y el llamado crimen organizado.

La sugerencia ha sido reiterada por parte los sacerdotes porque existe la percepción de que la gran mayor de homicidios a consecuencia de la violencia se encuentran relacionados con esos grupos.


El mismo gobernador, Héctor Astudillo Flores, declaró recientemente que la violencia en Acapulco, por ejemplo, se deriva de la confrontación de bandas delincuenciales. Asimismo reconoció que en “algunos municipios hay autoridades que están coludidas con la delincuencia organizada”.


El ambiente en la entidad se ha tornado complejo e impredecible.


Una vertiente señala que la zozobra que vivimos es consecuencia de que en años anteriores se permitió o toleró (no hubo castigo o aplicación de la ley) a grupos o personas que vandalizaron sus protestas.


Otra interpretación sería que a raíz del desmembramiento de líderes de grupos de los llamados del crimen organizado, sus células o bases hacen valer su presencia y recurrente a la aplicación de la violencia; no sólo con sus adversarios sino con personas de la sociedad civil.


La separación de esos grupos orilla a “algunos” a utilizar métodos salvajes.


Otra derivación es que se aprovecha la “confusión” para vengarse de otro tipo de conflictos como asuntos mercantiles, civiles y hasta de viejas rencillas familiares.


La otra faceta de cabecillas de grupos conocidos como del crimen organizado es que han pasado a ser paladines de sus regiones porque han ayudado a sus pobladores cercanos.


Efectivamente es una contradicción, pero eso ha sucedido. Y en este nivel es que existe confusión.


A unos, esos líderes, les parecen criminales; a otros benefactores.


Lo cierto es que se percibe que muchas personas mueren y se les estigmatiza con el tema del narco.

Una propuesta de largo alcance es la educación en donde se debe enfatizar la inculcación de valores.


La política recomienda el diálogo, el acuerdo. Y es lo que están proponiendo los prelados del catolicismo.


Esta alternativa ya ha sido rechazada por el gobernador en alguna ocasión. Pero si el interés es supremo con el objetivo de evitar más crímenes y alcanzar la paz y tranquilidad, me parece que bien vale la pena reflexionar la iniciativa de los sacerdotes de la iglesia católica.

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