¿Que más tiene de positivo esta neo agrupación perredista?
En los hechos uno de los dirigentes está mostrando que ha aprendido a hacer política; no solamente en el diálogo, sino también social y hasta electoral. Me refiero a Bernardo Ortega Jiménez, quien fuera el presidente de la Comisión de Gobierno de la reciente Legislatura local en Guerrero.
El roce político que tuvo Ortega Jiménez en esa posición al parecer le dejó grandes experiencias y enseñanzas. Hoy está demostrando sus ilustraciones políticas.
Ganó en la entidad con su candidata en distrito 24 Erika Alcaraz Sosa, quien por cierto regala un enorme carisma, cuando en los lugares aledaños triunfó el PRI. Esto es en lo electoral. Además, se dice, que el triunfo de Hossein Nabor Guillén en Tixtla fue gracias a su operación de diálogo y acuerdo, también se cuenta que lo apoyó económicamente.
En lo social realizó un sinnúmero de obras en los sitios que comprenden el distrito federal 07 porque él deseaba ser diputado por su partido y representarlo en la ciudad de México. No lo dejaron, es cierto, hubo disgusto, pero jamás rencor.
Con esta nueva organización dentro del PRD Ortega Jiménez va entablar diálogo con las demás organizaciones perredistas porque está demostrando capacidad y fuerza política.
El otro personaje que encabeza a MAS es Lázaro Mazón Alonso, a quien le pesa políticamente, haber sido cercano a los Abarca y mediáticamente haber dejado en bancarrota la secretaría de Salud. Pero, también políticamente, es puente con actores políticos de peso estatal. Entonces Mazón se hace necesario por la presencia que ha ganado en la zona Norte y Caliente, ni modo así es esto de la polaca. Sólo les recuerdo a los lectores que llegó a ser considerado precandidato a la gubernatura.
MAS nos presenta a dos líderes políticos con experiencia, argumento con el que no cuentan las otras corrientes de opinión dentro del perredismo.
Los otros personajes de peso al interior del PRD lo constituyen: Sebastián de la Rosa Peláez y David Jiménez Rumbo. Pero no tienen mancuerna. Sebastián se distanció de todos y gracias a su experiencia legislativa pudo quedarse como coordinador de los diputados locales.
Por su parte, David Jiménez Rumbo no se le ha visto en la arena local, se ha reducido a su labor de legislador federal. O sea a cuidar su parcela personal.
Todos los perredistas entienden que ser oposición es benéfica cuando tienes capacidad de movilización o ejercicio de concertación.
MAS está vigente con dos aspectos: fuerza y experiencia. Sebastián se oferta con pericia en los acuerdos, pero sin capacidad de movilización -esto no quiere decir que carezca de presencia- y Jiménez Rumbo no aparece ni en los medios impresos.
Me parece que MAS y Sebastián están enviando el mensaje de que están listos para llegar a acuerdos con quien en este momento representa el poder.
Habrá que esperar a quien de los dos le hace caso o le da preferencia. Hay que tener paciencia.
Y prueba de fuego (conciliación con el grupo en el poder) será el aval para nombramiento o rechazo del del Fiscal guerrerense en la persona de Javier Olea Peláez. Veremos qué grupo de estos perredistas apoya la iniciativa priista.
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