viernes, 8 de enero de 2016

Basave, PRD pensar en ganar el poder

La llegada de Agustín Basave Benítez a la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en México representa un cambio en la forma de pensar en pos de luchar por el poder.

Tenía que llegarlo a conducir un personaje externo a esa ideología (identificado con la izquierda) porque en ese partido la lucha por el poder se centraba contra los adversarios internos y descuidaba a los externos.

La confrontación endógena perredista es intestinal y cuando se enfrentan con los exógenos llegan agotados o divididos. Ese hábito llegó al grado de convertirse en vicio.

La mira ya no estaba en conseguir el poder, sino en cómo agraviar a los que se identifican con la palabra “compañero”.

La experiencia política de la izquierda en México era a través del discurso para descalificar a los que de alguna manera estaban ubicados en el mismo segmento del abanico ideológico.

A finales de la década de los 70 del siglo pasado la izquierda se encontraba segmentada en más de una decena de cosmovisiones políticas. Hasta que hubo una escisión del partido en el poder (PRI) con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y con él se logra la unificación del babor político y casi logra ganar la presidencia en 1988.

La izquierda logra unirse con un externo y bajo esa historia es que llega Agustín Basave Benítez –un ex priista- a la dirigencia del PRD, quien propone como alternativa para triunfar en posiciones de poder una alianza con el partido ideológico de la derecha (Partido Acción Nacional).

Si la democracia electoral se concretiza bajo el resultado de la suma de votos y la unión de izquierda y derecha ofrece esa posibilidad; entonces, Basave proyecta una coalición.

La oferta de Basave es ganar el poder; mientras que grupos internos perredistas alcanzan a mirar privilegios políticos personales o de grupo. No se plantean el “asalto al poder”.

La visión de algunos grupos perredistas es evitar perder privilegios y goces que ya han conocido al acceder a la toma de decisiones. Son timoratos. Dejan de lado la posibilidad de aventurarse a la real toma del poder.

En este panorama no desean ser pioneros los perredistas y bajo ese ambiente es que Basave los ha orillado a realizar alianza con el PAN o él deja la presidencia del PRD. Algunos calificarán la posición de Basave de chantaje o de infantilismo político.


Me inclino a pensar que Basave está proponiendo una forma real de política para ganar. Cuestión que al parecer no están acostumbrados los perredistas.

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