Según el director general de publicaciones de la
Secretaría de Cultura federal, Julio Trujillo, en zonas urbanas una persona lee
4 libros al año, en promedio. La cifra la obtuvo de una encuesta aplicada por
el Instituto Nacional de Estadística Y Geografía.
Sí, en realidad
preocupa que se lea muy poco; pero también irrita que quienes estén al frente
de organismos que fomentan la lectura carezcan de ideas, precisamente, para
incrementar los índices de lectores.
Por las declaraciones del
funcionario de apellido Trujillo su invitación a que haya más lectores se basa
en el impulso a la participación en ferias del libro.
Incita a que la gente acuda
a ese tipo de eventos. Es decir, sólo se está gastando el presupuesto asignado
en hacer lo que siempre se ha realizado y que ha arrojado nulos resultados.
Molesta que carezca de ideas, cuando es parte de su responsabilidad por el
cargo que desempeña.
Para no quedarme sólo en la
crítica propongo lo siguiente.
Fomentar, para mí, es
obligar. Si busco lectores tengo que imponer reglas estrictas con sus
respectivas sanciones. Ya no voy a escribir o a repetir cuales son los
beneficios de una sociedad o comunidad lectora. Supongo que la mayoría de
quienes leen ya lo saben.
Cuando escribo obligar me
refiero a legislar para que en las escuelas (todas, públicas o privadas y de
cualquier nivel) exista, por lo menos una hora diaria de lectura en voz alta.
Tal vez exagere con la cantidad de tiempo en primarias y secundarias, debería
ser 15 minutos o media hora en esta etapa de formación.
Aula que no realice el
ejercicio, el profesor tendría una sanción económica. En caso de crear eventos
competitivos, ya sea colectivos o individuales entre zonas, municipios,
estatales y nacionales, a los ganadores se les tendría que ofrecer un excelente
reconocimiento económico. Tanto a alumnos como a docentes.
Si se está organizando una
masa de lectores necesariamente tengo que imprimir libros, muchos y de
diferente narrativa. En este punto interviene el gobierno. Tendría que editar
libros a precio muy accesible y de excelente presentación.
El objetivo es crear o
fomentar un nuevo hábito. Lo que me queda claro es que esta nueva costumbre
dará resultados en 15 ó 20 años. Y si se desea una participación social es el
momento de comenzar.
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