miércoles, 22 de octubre de 2014

Apoyos, retiros políticos; tercera opción Guerrero

Diferentes periódicos locales (Chilpancingo, Guerrero) coincidieron, el lunes 19 de octubre, en su información principal “gobierno federal controla 12 municipios”, la primera interpretación es que disminuye el poder del gobierno estatal y con esa incapacidad entra a operar el gobierno del centro.

La disminución de poder es consecuencia de los sucesos del 26 de septiembre donde murieron dos jóvenes, a uno lo desollaron y se encuentran desaparecidos 43 estudiantes normalistas de Aytzinapa.

La otra lectura ofrece un apoyo centralista para evitar minar aún más al gobierno estatal y que continúe en sus actividades, mientras pasa la crisis.

Siguiendo con la primera impresión incluso se puede traducir en una especie de comisionado embozado a través del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam. Tal y como ocurrió  en Michoacán porque cuando era gobernador Fausto Vallejo, el ejecutivo estatal, era un perfecto maniquí, bajo la sombra de Alfredo Castillo Cervantes.

La sesgada declaración del presidente referente a la renuncia del gobernador es un claro aliento para que culmine el periodo Ángel Aguirre Rivero.

Pero también se puede interpretar que al PRI le conviene que se quede a terminar su periodo el actual gobernador, para que, llegado el momento electoral se aproveche de lo que recientemente ha ocurrido con el asunto de los muertos y desaparecidos de Iguala; con este tema persuada al electorado del pésimo desempeño de los perredistas.

El otro escenario y donde los comentaristas han puesto poca atención es que ante la confrontación de dos grandes grupos -se puede leer, a simple vista, perredistas contra priistas- surge un tercero en discordia.

No se trata de un partido, sino como ha sucedido en los últimos eventos políticos, del personaje, el candidato.

Les recuerdo las dos últimas elecciones para gobernador en Guerrero para demostrar mi hipótesis. Zeferino Torreblanca Galindo no era perredista y ganó con el apoyo de ese partido. Lo mismo sucedió con Ángel Aguirre Rivero con su ascendencia priista. Es decir, no era el partido sino la persona.

Hasta el momento, luego de los acontecimientos del 26 en Iguala, a casi todos los actores políticos que desean la gubernatura les ha llegado “una rayita”negativa en su imagen. El que ha salido, repito hasta ahorita, casi inmaculado ha sido Luis Walton Aburto, el presidente municipal de Acapulco.

Además el gobierno federal ha reconocido su trabajo en la transparencia del manejo de recursos económicos.

Al parecer tiene el apoyo del gobierno federal y simpatía de priistas, perredistas y panistas. La interrogante es ¿logrará conservar ese apoyo? O le surgirán en este último tramo los enemigos.

Lo último, para documentar el apoyo. Se publica que el Sistema de Administración Tributaria reconoce "mejor manejo de finanzas en Guerrero", lo cual indica respaldo al gobernador por parte del gobierno federal. El comunicado dice que ocupa el séptimo lugar en este rubro.

Los senadores del PRI PAN y PRD imploraron la "salida" de Aguirre. La pregunta es: si fueron la representación de sus partidos porqué prorrogaron su resolución hasta el 30 de octubre o el 4 de noviembre?

Una posible respuesta es que esgrimen "su calidad moral política"; pero no su fuerza y jurídicamente carecen de elementos para desaparecer los poderes en Guerrero.

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