lunes, 8 de diciembre de 2014

Partido de Los Pobres, Guerrero

Rubén Valenzo Cantor es un político con agallas y por lo tanto polémico. Es de extracción priista y ahora,  busca su independencia.

Su último puesto político administrativo: subdelegado del Registro Nacional Agrario en Guerrero.

Fiel a su natural estilo controvertible solicitó registrar ante el Instituto Estatal Estatal, luego Instituto Nacional Electoral (ahora Instituto de Participación Electoral) un partido político en el Estado con el nombre de Partido de los Pobres. Homónimo del que formara nada más ni nada menos que Lucio Cabañas Barrientos, éste sí guerrillero.

El nombre de Lucio Cabañas regresa a la memoria social de los guerrerenses por el tema de los normalistas de Ayotzinapa. a) Lucio fue alumno de esta institución y b) dio origen al Partido de los Pobres como una organización que buscó luchar contra el gobierno rapaz.

Valenzo no es ni por asomo lo que decía Lucio; pero las circunstancias, por lo menos de propaganda en este ambiente, le favorecen para que pueda colocar a su partido en el gusto de la gente.

Rubén no es, por supuesto guerrillero. Sí, con toda la intención, un político controvertido.

Valenzo tampoco es pobre. Una publicación local informó que construye una mansión con un costo de diez millones de pesos. La residencia se localiza, según el parte informativo, entre Chilpancingo y Petaquillas. La mansión fue construida durante su función como diputado local en la pasada legislatura. Además era representante del PRI.

Rubén Valenzo, para nada es inteligente; pero sí listo. Ya que para el presente proceso electoral ya presentó a tres precandidatos a gobernador. Dos mujeres de las cuales no dio a conocer el nombre y, por supuesto él. ¡Vaya equidad!

Por supuesto que presenta la terna donde él será el ganador dentro del proceso electoral. Por eso es vivo.

Rubén Valenzo, supongo, ha de contar con buen padrino político. Ganó la candidatura a presidente municipal por Tixtla, por decisión legal, ¡a un día de terminar la campaña! Esto sucedió hace tres años. Saúl Nava hizo toda la campaña y con esa resolución del tribunal federal Valenzo pudo negociar con el actual presidente municipal perredista, Gustavo Alcaraz.

Valenzo alcanzó a dividir al PRI e inclinar el triunfo hacia el PRD. La ayuda en el Tribunal sólo se entiende por una ayuda política.

De manera similar sucedió con el registro del Partido de los Pobres. El instituto local le rechazó la solicitud y el Tribunal Federal determinó que Valenzo podía registrar el partido estatal y contender para el proceso electoral de 2015. Alguien le ayuda.

En este momento de efervescencia a favor de Ayotzinapa le podría traer beneficios a Valenzo y al Partido de los Pobres. Es, en otra versión, una prueba para el análisis político si permea la propaganda en beneficio de este nuevo partido o la gente logra diferenciar al partido de Lucio o al partido de Rubén.


El marketing político del Partido de los Pobres se encuentra sustentado en atraer a los que menos tienen que son una inmensa mayoría, que no vota; sin embargo, coyunturalmente podría sacar provecho por los el conflicto de los 43 (ahora 42) desaparecidos.

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