El proceso que vive el presidente municipal de Chilpancingo, Marco
Leyva Mena, se puede ver en dos rutas: a) política y b) jurídica.
En el ámbito político los temas jurídicos valen…un centavo. El recurso
del amparo, en lo que respecta a su determinación, puede llevarse algunos
meses, y a lo mejor su conclusión se dé cuando ya haya terminado el tiempo de
su encargo. Puede ser corto el tiempo, si el demandante tiene a su alcance una
excelente (como vulgarmente se dice) palanca de verdad. De esas que pesan a
nivel nacional.
Si lo político ha decidido quitarlo como presidente municipal, la
moneda ha caído cruz.
El perjudicado, en este caso Leyva Mena, como ya lo anunciaron sus
subalternos (Jesús Vargas, secretario general y el responsable del área
jurídica del Ayuntamiento de Chilpancingo, Gustavo Morlet,) va a buscar el
camino jurídico; es decir, el amparo.
La intención política se desperdigó, a través de dos medios de
comunicación inclinados a comentarios de corte político, con un documento de
dos diputados del PRD ante la oficialía de partes en el Congreso. Se trata de
los diputados perredistas Perfecto Rosas Martínez y Rosa Coral Mendoza Falcón,
donde solicitan la revocación de mandato.
Para quitar a Leyva Mena, de acuerdo a la legislación, el poder
legislativo -el único con facultades- tendría que reunir las dos terceras
partes de una votación. Escenario que se observa complicado, ya que el PRI,
partido con mayor fuerza, alcanza mayoría simple. Y, ni toda la oposición junta
(PRD, PAN, MC y Verde) llegan a la fuerza política que ostenta el PRI. Ninguna
de las dos fuerzas alcanza dos tercios. Además Leyva Mena es priista.
El escenario político y legal para revocar el mandato a Leyva Mena es
que priistas se adhieran a la propuesta de dos perredistas. Con lo cual se
comprobaría que el presidente municipal de Chilpancingo era insostenible.
Para que se cumpla la revocación de mandato el poder legislativo lleva
a cabo un proceso, en donde el primer punto ya se encuentra establecido; el
segundo es someterlo a la agenda legislativa y tercero que se lleve a cabo una
votación. Ese proceso puede llevar, por lo menos, un mes. Si hay prisa, hasta
en 15 días.
Este evento, me recuerda los videos donde involucraron a los
perredistas René Bejarano, Carlos Imaz y Ramón Sosamontes Herreramoro con el
empresario chileno Carlos Ahumada. Quien presentó las cintas en el programa de
televisión con Brozo fue un panista. El pleito era entre panistas y
perredistas.
En Chilpancingo se desliza la idea de que la revocación de mandato es
entre perredistas contra un priista. En caso de que se concrete el asunto
habría la sensación de un triunfo perredista y con ello se pueda dar la
alternancia.
Por lo pronto, en redes sociales, ya se da por hecho que Marco Leyva
deja el cargo y lo asume interinamente un empresario del transporte, Jesús
Tejeda.
Marco como presidente municipal de Chilpancingo tiene un tufo fétido, como la basura, problema que vino a ser su vórtice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario