jueves, 19 de octubre de 2017

Félix Salgado, quinta columna

Se utiliza esta expresión para significar la presencia de un elemento que conspira internamente contra la estabilidad o la seguridad del Estado, del gobierno, de un partido, de un proyecto político o de una operación militar. Se trata de un “boicot interior” que opera al servicio de los designios de fuera.

Según el rotativo que dirige Félix Salgado Macedonio, con el nombre de Jornada Guerrero, ex dirigente estatal del PRD, ex diputado federal y ex candidato a la gubernatura (dos ocasiones) y en la actualidad ferviente admirador de Andrés Manuel López Obrador “en Morena existe el favoritismo y el nepotismo”.

Él podrá argumentar que primero se encuentra la labor periodística y luego la política; pero en un personaje con su trayectoria y su ambición en primera ubicación está lo político y después el oficio.

Tal vez, el objetivo de la información que ventila,  no sea para su persona, pero sí lo está ejecutando en beneficio de un “cuate”.

En el ámbito político es conocido que en Morena se han dado cargos y designaciones por, diría Porfirio Muñoz Ledo, derecho de sangre. Y que también, por ser un partido de decisión vertical, se den lugares por favoritismo, como es el caso más sonado en la persona de Claudia Sheinbaum en la ciudad de México, sobre Ricardo Monreal.

Llama la atención que se continúe remachando esa problemática de un personaje que está apoyando la causa morenista. Vamos en otros términos, Félix es desleal, en una primera definición. No se le puede confiar en cualquier partido que se encuentre, segunda definición.

Se puede llegar a pensar que Félix se encuentre al servicio de otros designios con la única finalidad de destruir el supuesto avance que ha presentado Morena en la entidad.

Muchos pensarán que es aventurado mencionar el perfil anterior; pero…así es la política. Y el mejor beneficiado es el mismo Félix.

Otra vez, su borde se inclina sobre manera a lo político que a lo periodístico.

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