martes, 17 de octubre de 2017

Se los dije...cayó Marco Antonio Leyva, ahora ex presidente municipal de Chilpancingo

Se escucha soberbio y sangrón. Pero… se los dije, me anticipé a la caída de Marco Antonio Leyva Mena de la alcaldía de Chilpancingo. A toro pasado, cualquiera, sí, cualquiera comenta y escribe.
Hoy lunes, sigilosamente a través de una propia, entregó a la oficialía de partes del Congreso del estado su licencia como alcalde.

En esas condiciones es difícil saber qué grupos de priistas querían su renuncia. Se podía estimar en las participaciones dentro del poder Legislativo o en la votación quiénes estaban en contra o a favor de Leyva Mena.

A Leyva Mena le queda el saborcito amargo de decir “me les adelanté”, antes de que “vean mi despido, yo renuncio”.

La situación política del (hoy) expresidente municipal de Chilpancingo, como lo escribí desde la semana pasada era de semanas o días.

Intentó defenderse, a lo cual tiene derecho; pero la suerte ya estaba echada.

El punto álgido, el insostenible fue cuando cientos de vecinos de la capital dejaron la basura en las esquinas. La reacción de Leyva Mena fue otra declaración, pero insuficiente. “A las 2 de la tarde todo quedará limpio”. No pudo.

En política no necesariamente quedará al frente a quien por ley le corresponde, sino a un personaje de un equipo ajeno a los que se encuentran en el municipio.

Se supone que viene con “todo el apoyo” del gobierno estatal, en el cual están cifradas las mejores esperanzas… para que borre el pasado reciente.

Evidentemente que si no lo logra, sigue fortaleciéndose la alternancia.

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