La única tablita que tiene el PRI
Guerrero para recuperarse y hasta ganar la gubernatura es la unidad. Se dice
fácil, pero requiere de una alta dosis de política; término entendido como
diálogo y acuerdo.
Los precandidatos priistas son:
Mario Moreno Arcos, presidente municipal de Chilpancingo (en dos ocasiones) y
ex diputado federal; Cuauhtémoc Salgado Romero, presidente estatal de su
partido, ex diputado local y diputado federal; Manuel Añorve Baños, ex
candidato a gobernador, ex presidente municipal de Acapulco y diputado federal,
y, Héctor Astudillo Flores, ex candidato a gobernador, ex presidente municipal
de Chilpancingo, ex coordinador de la fracción local, ex senador, ex diputado federal,
diputado local.
Los nexos a nivel nacional serían
de la siguiente manera: Moreno Arcos con el grupo de Miguel Ángel Osorio Chong;
Cuauhtémoc con el grupo Atlacomulco (César Quiroz, presidente nacional y Emilio
Chuayffet, secretario de educación), Añorve con Manlio Fabio (coordinador de
los diputados federales) y Astudillo aliado de Añorve.
De acuerdo a encuestas divulgadas
por gente cercana a estos actores sus gallos ocupan el primer lugar de
preferencias. Por lo tanto, es propaganda. Y no son creíbles sus datos.
El mecanismo que utiliza cada
grupo para descalificar a su adversario es filtrando información que dañe la
imagen de su oponente.
Sobre Moreno Arcos se dice que no
cumple con sus trabajadores del ayuntamiento, que es ineficaz para culminar con
las obras del río Huacapa y que tampoco ha resuelto la problemática del agua en
la ciudad.
De Salgado Romero se dice que le
ha quedado grande la presidencia estatal, que no es capaz de hilar un discurso.
De Añorve comentan que es pésimo
administrador y que dejó en bancarrota el ayuntamiento de Acapulco.
De Astudillo que no culmina las
responsabilidades que le encomiendan.
Además éstos dos últimos les
adjudican el calificativo de perdedores porque en su momento fracasaron por la
gubernatura.
Lo cierto es que los priistas
guerrerenses unidos son capaces de generar alrededor de 500 mil votos; en
comparación los del PRD (partido en el poder) dicen tener una filiación de 400
mil militantes.
Sino llegara a concretarse la
coordinación de las izquierdas -como se observa hasta el momento- al PRI se le
abren nuevas perspectivas.
Sin embargo, cuando se aborda la
temática de deserciones en el PRI, se recuerda el tránsito que hizo el actual
gobernador y un grupo que lo apoyó dirigidos por la familia Salgado Leyva -Raúl
y Jorge-. Así que la unidad priista también se tambalea.
Cuando se le pregunta a los
priistas cuál sería la cualidad de su candidato a la gubernatura admiten que
por un personaje nuevo, diferente. Por lo tanto, interpreto, descartan a Añorve
y a Astudillo, a pesar de que el primero presenta los mejores nexos a nivel
nacional.
Si continuo con la característica
de “nuevo y diferente” sólo quedan Mario Moreno y Cuauhtémoc Salgado. Ante
difícil situación sólo les queda aplicar la frase “todo cabe en un jarrito,
sabiéndolo acomodar”. Sino manejan adecuadamente lo anterior, quedarán fuera
otros seis años.
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