miércoles, 18 de noviembre de 2015

Libertad, tolerancia; Francia, Siria

El terrorismo que vimos en Francia obedece a llamar la atención del grupo Yihaidista o conocido como Estado Islámico en Siria.

Los yihaidistas son el grupo rebelde o de oposición al gobierno de ese país encabezado por  Bashar Al-Asaad.

En ese territorio existen tres grupos políticos: ulauitas,  chiítas y sunitas. A éste último pertenece los yihaidistas.

Además de esa división interna en donde para exterminarse (literalmente), por supuesto entre ellos, han usado armas químicas.

Los yihaiditas, año tras año, han ido ganando territorio y con ello yacimientos de petróleo. La producción de este hidrocarburo es de un millón de barriles diarios. México, para ofrecer una comparación, produce 3 millones al día. Nuestro país se ubica en el sexto lugar a nivel mundial.

Para analistas el petróleo no es la importante en esta guerra, sino liquidar a los yihaidistas por ser un grupo ideológico ortodoxo. Porque para ellos :“La única y verdadera verdad proviene del Islam”.

Entonces el petróleo les da los recursos suficientes para conservar su ideología y como se han sentido desterrados de su posición geográfica; hoy pretenden recuperarla.

Esa posición fanática o fundamentalista, según el pensamiento occidental, daña el libre “albedrio”. Las consecuencias del pensamiento islámico, según la otra perspectiva, no permite “pensar”, sólo actuar a lo que le indiquen.

De esta posición surgen los kamikazes que mueren por el honor de su patria.

Los sirios no son tolerantes. Sin embargo, el mundo occidental, para demostrar su tolerancia debería aceptar la manera de ser y pensar de los Sirios.

Estamos frente a dos maneras distintas de pensar y que ambas no son condescendientes.

Lo que está en juego es la ayuda que puedan proporcionar los yihaidistas al mundo árabe porque comparten una cosmovisión contraria al mundo occidental.

Ahorita la lucha es ideológica. Por eso el Papa en su primera intervención aludió “a es una blasfemia usar el nombre de Dios para justificar la violencia”, lo que se interpreta aliarse con el mundo occidental. 

Y en estos días corrigió para advertir que la violencia genera más violencia si los países llamados más poderosos se inclinan para intervenir con bombas en Siria. Es decir, el santo pontífice fue más neutro, lo cual indica que el Papa juega, en lo que podría ser el inicio de la tercera guerra mundial, un papel importantísimo. 

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