jueves, 19 de noviembre de 2015

Niveles de violencia

La pregunta que todos deberíamos de hacernos ¿dónde se origina la violencia? Si bien es una cuestión filosófica dada la situación que vivimos debe ser abordada como un asunto cotidiano.

La academia, precisamente en su definición filosófica, se entiende como ontología, la cual utilizó el alemán Gottfried Leibniz en su libro Introductio ad Encyclopaediam arcanam (1683) y la define como “ciencia de lo que es y de la nada, del ente y del no ente, de las cosas y de sus modos, de la sustancia y del accidente”.
Lo anterior quiere decir, en términos parroquiales, búsqueda del origen.


Sucede que el uso y abuso de la violencia se da en la familia. En la relación entre dos personas que, en este caso, son los padres.


Dicho de esa manera resulta simplista proponer una solución para disminuir la violencia. Una alternativa sería escuela para padres o sesiones constantes donde deberían acudir este tipo de personas.


Sin embargo, estos sujetos se desenvuelven en una sociedad y resulta que esa convivencia no le es satisfactoria para sus necesidades.


Por ejemplo, carecen de servicios de salud, servicios públicos (agua, luz, pavimentación de calles y drenaje, por mencionar algunos); otros bienes son empleo y educación.


Ya aquí el asunto se hace más complicado porque ya no se trata de la convivencia entre pares (habitantes), sino que se relaciona entre ciudadanos y gobierno.


Un gobierno que no resuelve esas necesidades sociales crea inestabilidad y esta característica se asoma en una relación de pareja. Ya están los visos de violencia en dos niveles: familiar y de conexión política, los cuales repercuten en los infantes.


El ambiente es propicio para incubar la brutalidad.


Si la familia carece de un contexto benéfico para los pequeños el asunto ya va torcido. Si a ese medio le agregamos el espacio de convivencia perturbador de la escuela, entonces todo se descompone.


El uso de la violencia entre jóvenes dentro o fuera de las escuelas es un tema que debe resolver la seguridad pública municipal.


Entonces tenemos que los padres se van a preocupar por ofrecer un buen ambiente a sus hijos; el gobierno o estado buscar alternativas para solucionar las demandas sociales y la policía municipal en atender los conflictos entre escolapios.


Recientemente se han dado hechos de violencia entre secundarianos. Se han enfrentado entre sí los alumnos de la Escuela Secundaria Federal Antonio I Delgado y éstos con otras instituciones. De igual manera nos transmiten "broncas" a través de facebook de este nivel educativo entre mujeres en el puerto de Acapulco.


Las diferencias las están resolviendo a golpes fuera de las instalaciones, en el menos de los casos, pero antes de que pase a mayores debe ser atendido por la policía municipal de cada región.


Si los enfrentamientos se dieran dentro de la escuela le tocaría resolverlo a las autoridades educativas, pero fuera ya le corresponde a Seguridad Pública Municipal.


El nivel de violencia será abatido cuando cada nivel (familiar, gobierno o municipio) atienda su sector.


Todos somos corresponsables de la aparición de la violencia.

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