Las dos palabras del
presente ensayo son variables intrínsecas a la política. La economía es el tema
que se puede situar entre los grupos de poder económico (valga la tautología);
mientras que la popularidad se dirige a la masa.
No debería ser de esa
manera porque la economía afecta con mayor grado a la población: alza a los
productos de primera necesidad, incremento en tarifas de servicios y aumento en
impuestos; sin embargo, la economía es una temática que se deja a los expertos,
a los que saben y entienden de números. La multitud desatiende este tema.
Para tratar de entender
las diferencias de estos dos personajes habría que ubicar al funcionario que
declaró la recesión económica en México y se trata del subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), Miguel Messmacher Linartas, quien
obtuvo su doctorado en Harvard, y fue profesor del ITAM, es decir, pertenece al
grupo de Pedro Aspe Armella y a su vez ambos son del grupo de Salinas de
Gortari.
El titular de Hacienda es Luis Videgaray, quien en los pininos de su
quehacer político perteneció al grupo político de Aspe, pero al paso del tiempo
y de las oportunidades políticas se adhirió a la naciente agrupación de Peña
Nieto.
Es decir, que la administración pública se ha integrado con el poder
político tanto de Salinas como de Peña Nieto. Se la han repartido. Unos
titulares son del presidente y otros del asesor.
Messmacher Linartas dijo recientemente que el avance económico del país, en
el último trimestre, es del 0.8 por ciento, lo que representa un efímero avance
en la captación de recursos. Y esa declaración, desde una visión política,
indica presionar al presidente para que adopte medidas que le favorezcan a
grupos empresariales extranjeros. Si bien se han propuesto algunas, éstas todavía
no se hacen realidad.
La medida política para mitigar ese desprestigio entre grupos económicos ha
sido la evaluación que ofrecen las encuestas sobre el desempeño del actual
presidente. La opinión, de acuerdo a los resultados de las encuestas lo ubican
dentro lo aceptable en su desempeño.
Por supuesto a los
grupos empresariales poco les interesa al popularidad del mandatario, lo que
desean son reformas que les favorezcan. Por eso repito, ese 0.8 de avance
económico deja mucho que desear en la imagen del presidente.
Otro tipo de respuestas
que ha ofrecido el gobierno mexicano para animar a los inversionistas
internacionales ha sido el tema del descenso en la inseguridad. Se ha insistido
que los porcentajes han sido favorables; sin embargo, la percepción social y
los reportes periodísticos indican lo contrario.
Peña Nieto, ahora lanzo
una hipótesis, fue el creador del Pacto por México porque requería de alianzas
políticas con otros partidos políticos y con ellos mantenerse en el poder con
mayor estabilidad. Esa coalición podría enfrentar, de alguna manera, las
ambiciones de Salinas.
Otro agregado al tema
de alianzas políticas son los recientes y constantes viajes al extranjero con
la posibilidad de obtener otro tipo de lazos que fortalezcan al poder ejecutivo
en el terreno económico. Es decir, evitar de depender de los mismos
inversionistas.
Para culminar este muy
breve ensayo les comento que la historia política mexicana nos señala que los
enfrentamientos entre presidente y ex presidente han terminado en escenas
trágicas o, por lo menos, en el exilio de los ex.
Vamos a ser pacientes
para observar en qué concluye este affaire político, el cual será de grandes
dimensiones. revistaa@yahoo.com
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