miércoles, 22 de mayo de 2013

Reagrupamientos políticos



Si la posmodernidad plantea “todo lo sólido se desvanece” en alusión a un constante cambio. En política las alianzas tampoco son eternas. Me refiero a las afinidades entre el presidente Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.

Quien nos dijo que Salinas venía impulsando y asesorando a Peña Nieto desde que era funcionario de medio pelo fue el ex senador perredista Carlos Navarrete en un artículo publicado en un periódico de circulación nacional.

De acuerdo al escrito publicado Navarrete cuenta que alguien le habló por la espalda para decirle, cerca del oído, que los políticos platican. Al girar el rostro reconoció a Carlos Salinas de Gortari, quien de inmediato le dijo: el joven, gobernador del Estado de México, desea charla con usted.

El mismo Navarrete narra que le asombró que se acercara Salinas y que no acudió a la cita por diferencias ideológicas. El evento ocurrió en una boda.

El episodio da para deducir que Salinas venía preparando a Enrique Peña Nieto rumbo a la presidencia de México, en el corto plazo. Habría que recordar que el currículo político de los priistas era más o menos en el siguiente orden: de funcionario municipal a presidente de su municipio, luego diputado local o viceversa; funcionario estatal, diputado federal, presidente estatal de su partido, funcionario federal, senador, secretario de despacho, gobernador y de aquí presidente. Había carrera política y administrativa.

Peña Nieto carece de experiencia legislativa llega a gobernador y presidente del país. Arriba a este puesto de la mano de Salinas.

A seis meses de haber ganado la silla presidencial, han comenzado las diferencias entre Salinas y Peña Nieto, porque en política, ya lo sentencié líneas arriba, las alianzas son efímeras.

Peña Nieto es el poder político porque es el presidente; sin embargo, Salinas tiene poder político y económico. Es poder político porque muchos de sus representantes se encuentran incrustados en el gabinete y, económico porque por lo menos el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, se ha dicho es un prestanombres de Salinas.

Si, como observo existen diferencias entre EPN y Salinas, éste ha comenzado a tejer alianzas con Manlio Fabio Beltrones y con Felipe Calderón Hinojosa. Un signo de esos amarres es que el ex presidente pueda pueda utilizar la "Condecoración en Grado de Gran Collar Orden al Mérito Civil", punto aprobado en la cámara de senadores, en donde Beltrones es el coordinador priista y fue apoyado por los panistas calderonistas.

Otro detalle de los reagrupamientos entre EPN Y Salinas es la división que atraviesa en estos momentos el Partido Acción Nacional con el coordinador senatorial. Ernesto Cordero representaba los intereses de Calderón y quien llega, Jorge Luis Preciado, a los viejos panistas, aliados a Peña Nieto.

Dos entidades son escenario de los reagrupamientos. Por un lado Michoacán y, ya en eventos políticos se resolverá en elecciones el 6 de julio, me refiero a Baja California.

Fausto Vallejo, gobernador con licencia, era gente de Salinas; quien llega Jesús Reyna García, persona allegada a Peña Nieto. Apenas a 15 días del relevo, el ejército inunda Michoacán, con el pretexto (cierto o falso) del tema de la inseguridad. El mensaje es que ahí no manda el interino sino el gobierno federal a través de las fuerzas armadas. Para apoyar esta interpretación habría que rescatar la reciente declaración de Calderón sobre este tema: “la violencia no se termina en Michoacán, sino no cambian a los mandos en la entidad”.

El tema electoral en Baja California no se ha definido, si el PAN conserva la gubernatura (junto a la coalición) o el PRI llega con la alternancia.

El candidato del PRI, Fernando Castro Trenti, es de las confianzas de Manlio Fabio Beltrones. Y Francisco Vega De la Madrid es militante panista con apoyo de perredistas.

Con ese viraje de Salinas en su relación con Peña Nieto y la división panista (en el senado) podría ganar Castro Trenti. De ser así, se consolidaría la alianza Salinas Beltrones Calderón frente a Peña Nieto PRD y los otros panistas de Madero.

Es decir, si el PAN conserva la gubernatura será por el apoyo de Peña Nieto, ya que son sus aliados, y en el terreno político se mantiene al país como un espacio donde se puede coexistir con otros partidos. Es decir, se envía la imagen de alternancia y con ello de democracia. Que el nuevo PRI no es el de antaño quien arrasaba en elecciones.

La gente se ha de preguntar ¿cómo se decide una elección? y la respuesta es con recursos. En Baja California sería el dinero del gobierno federal contra la de empresarios como Slim. revistaa@yahoo.com

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