Si la posmodernidad plantea “todo
lo sólido se desvanece” en alusión a un constante cambio. En política las
alianzas tampoco son eternas. Me refiero a las afinidades entre el presidente
Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.
Quien nos dijo que Salinas
venía impulsando y asesorando a Peña Nieto desde que era funcionario de medio
pelo fue el ex senador perredista Carlos Navarrete en un artículo publicado en
un periódico de circulación nacional.
De acuerdo al escrito
publicado Navarrete cuenta que alguien le habló por la espalda para decirle,
cerca del oído, que los políticos platican. Al girar el rostro reconoció a Carlos
Salinas de Gortari, quien de inmediato le dijo: el joven, gobernador del Estado
de México, desea charla con usted.
El mismo Navarrete narra que
le asombró que se acercara Salinas y que no acudió a la cita por diferencias
ideológicas. El evento ocurrió en una boda.
El episodio da para deducir
que Salinas venía preparando a Enrique Peña Nieto rumbo a la presidencia de
México, en el corto plazo. Habría que recordar que el currículo político de los
priistas era más o menos en el siguiente orden: de funcionario municipal a
presidente de su municipio, luego diputado local o viceversa; funcionario
estatal, diputado federal, presidente estatal de su partido, funcionario
federal, senador, secretario de despacho, gobernador y de aquí presidente.
Había carrera política y administrativa.
Peña Nieto carece de
experiencia legislativa llega a gobernador y presidente del país. Arriba a este
puesto de la mano de Salinas.
A seis meses de haber ganado
la silla presidencial, han comenzado las diferencias entre Salinas y Peña
Nieto, porque en política, ya lo sentencié líneas arriba, las alianzas son
efímeras.
Peña Nieto es el poder
político porque es el presidente; sin embargo, Salinas tiene poder político y
económico. Es poder político porque muchos de sus representantes se encuentran
incrustados en el gabinete y, económico porque por lo menos el hombre más rico
del mundo, Carlos Slim, se ha dicho es un prestanombres de Salinas.
Si, como observo existen
diferencias entre EPN y Salinas, éste ha comenzado a tejer alianzas con Manlio
Fabio Beltrones y con Felipe Calderón Hinojosa. Un signo de esos amarres es que
el ex presidente pueda pueda utilizar la
"Condecoración en Grado de Gran Collar Orden al Mérito Civil", punto
aprobado en la cámara de senadores, en donde Beltrones es el coordinador
priista y fue apoyado por los panistas calderonistas.
Otro detalle de los reagrupamientos entre EPN Y Salinas es la división que
atraviesa en estos momentos el Partido Acción Nacional con el coordinador senatorial.
Ernesto Cordero representaba los intereses de Calderón y quien llega, Jorge
Luis Preciado, a los viejos panistas, aliados a Peña Nieto.
Dos entidades son escenario de los reagrupamientos. Por un lado Michoacán
y, ya en eventos políticos se resolverá en elecciones el 6 de julio, me refiero
a Baja California.
Fausto Vallejo, gobernador con licencia, era gente de Salinas; quien llega
Jesús Reyna García, persona allegada a Peña Nieto. Apenas a 15 días del relevo,
el ejército inunda Michoacán, con el pretexto (cierto o falso) del tema de la
inseguridad. El mensaje es que ahí no manda el interino sino el gobierno
federal a través de las fuerzas armadas. Para apoyar esta interpretación habría
que rescatar la reciente declaración de Calderón sobre este tema: “la violencia
no se termina en Michoacán, sino no cambian a los mandos en la entidad”.
El tema electoral en Baja California no se ha definido, si el PAN conserva
la gubernatura (junto a la coalición) o el PRI llega con la alternancia.
El candidato del PRI,
Fernando Castro Trenti, es de las confianzas de Manlio Fabio Beltrones. Y
Francisco Vega De la Madrid es militante panista con apoyo de perredistas.
Con ese viraje de Salinas en
su relación con Peña Nieto y la división panista (en el senado) podría ganar
Castro Trenti. De ser así, se consolidaría la alianza Salinas Beltrones
Calderón frente a Peña Nieto PRD y los otros panistas de Madero.
Es decir, si el PAN conserva
la gubernatura será por el apoyo de Peña Nieto, ya que son sus aliados, y en el
terreno político se mantiene al país como un espacio donde se puede coexistir
con otros partidos. Es decir, se envía la imagen de alternancia y con ello de
democracia. Que el nuevo PRI no es el de antaño quien arrasaba en elecciones.
La gente se ha de preguntar ¿cómo
se decide una elección? y la respuesta es con recursos. En Baja California
sería el dinero del gobierno federal contra la de empresarios como Slim.
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