miércoles, 9 de abril de 2014

PRD desde el poder

La única liga que ata a los perredistas es haber conocido los placeres del poder. Y esa es la garantía de su asociación. Los líderes saben de esos asuntos; sin embargo, no han persuadido a miles de sus simpatizantes.

En ese afán de conservar privilegios es que se han reducido de 6 u 8 corrientes de opinión a dos grandes grupos en búsqueda de la candidatura a gobernador: Uno sería el grupo del gobernador y el otro de Grupo Guerrero-Nueva Izquierda.

En el primero estaría, obviamente el mandatario junto con Izquierda Democrática Nacional de René Bejarano y Unidad de Izquierda Guerrerense de Víctor Aguirre Alcaide.

El otro frente sería Grupo Guerrero de David Jiménez Rumbo y Nueva Izquierda encabezada por Sebastián de la Rosa Peláez y Bernardo Ortega Jiménez.

Desde el punto de vista politológico esa reducción es aceptable ya que sus diferencias llevan a dos visiones.

La conformación de esos dos grupos también se tiene que observar con alianzas de grupos en el poder.  Unos con Cuauhtémoc Cárdenas y, otros los con Chuchos, intramuros; también existe relación con el poder ejecutivo y quien se percibe “alguien” detrás del trono, extramuros.

El grupo aguirrista con Cárdenas y el Grupo Guerrero-Nueva Izquierda con los Chuchos (esto no es nuevo pero hay que anotarlo).

Las alianzas de uno y otra corriente se encuentran conectados con los priistas. Los aguirristas (para identificarlos en una palabra) con el poder ejecutivo y los chuchistas locales junto con Grupo Guerrero aliados con Carlos Salinas de Gortari. ¡Increíble! Pero así es la política.

Ese pleito de EPN y CSG también se observa en Michoacán con el secretario de gobierno Jesús Reyna, quien al parecer es respaldado por CSG. Habría que acordarse que a Fausto Vallejo lo enfermaron para quitarle la gubernatura y Reyna fue gobernador interino.

Además el discurso que emitió ayer Peña Nieto no deja dudas de su protección a Fausto Vallejo.

Para dividir aún más a la izquierda se puede deducir que AMLO es aliado de CSG. Históricamente Salinas ha odiado al PRD, quien casi le arrebata la presidencia. Así que para destruirlo tenía que utilizar a “alguien” de sus propias entrañas.

Para que los perredistas, en este caso liderazgos, conserven sus emolumentos, tendrían que apoyar a Morena. O, con el mismo objetivo de mantener el placer del poder, salir unidos y esa unión tendría que ser como diga el mandatario. Para enfrentar a Morena.

Un pleito en la izquierda manipulado por EPN y CSG. 

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