miércoles, 14 de mayo de 2014

Decisiones centralistas

Se concibe a la democracia como un acto decisorio de las comunidades, o sea del pueblo. Para evitar se tajante en lo que voy a escribir para negar que no se cumple el postulado, escribo que efectivamente en el tema electoral sí se satisface esa parte de la democracia. Sin embargo, en la decisión de por quién vamos a votar, esa responsabilidad le toca a unos cuantos.

Somos un país con escasa o nula cultura democrática. Un solo dato: tuvimos un partido durante 70 años. Ellos, las cúpulas, tomaron casi todas las decisiones y hemos conservado, como ciudadanía, ese hábito.

La tradición se hizo costumbre y en todos los partidos políticos esa forma de organización ha imperado. Nadie escapa a que sean unos cuantos los que digan qué hacer.

En este sentido los políticos de los estados buscan afanosamente a un padrino de peso nacional, es decir, que se desenvuelva en la ciudad de México. De preferencia que sea a nivel de secretario de Estado. Si es el presidente, mejor.

De acuerdo a la descripción anterior el presidente municipal de Chilpancingo publicó una fotografía despidiendo al secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con lo cual me permite confirmar que es su nuevo aliado. Dejó de serlo Luis Videgaray, secretario de Hacienda, con quien hizo amistad cuando eran diputados federales.

Lo mismo realizó el actual senador, René Juárez Cisneros, para llegar a ese puesto y regresar a la política. Se acercó directamente con el poder ejecutivo y le dijo que él había cumplido con la transición en Guerrero y que ahora lo tenían que reintegrar. Se disciplinó en su momento. Fue leal.

Todos buscan un mecenas. Sin embargo, a Luis Walton, presidente municipal de Acapulco y con cada vez nuevos bríos para convertirse en candidato a gobernador, lo hallan de inmediato esos actores políticos del centro. 

La siguiente es la anécdota:

Ya saben que vino Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de gobernación, y al único que invitó a subirse a la camioneta cuando ya se retiraba hacia el aeropuerto fue a Luis Walton. En el traslado platicaron, alrededor de 20 minutos (valiosos) no se sabe de qué, pero Walton “fue secuestrado” por el político del centro.


¿Fue un guiño? ¿un espaldarazo? Eso lo sabremos en unos meses. Lo cierto es que ven bien a Walton algunos del PRI, el gobernador, determinados perredistas y funcionarios federales y Andrés Manuel López Obrador.

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