Se concibe a la democracia como
un acto decisorio de las comunidades, o sea del pueblo. Para evitar se tajante
en lo que voy a escribir para negar que no se cumple el postulado, escribo que efectivamente
en el tema electoral sí se satisface esa parte de la democracia. Sin embargo,
en la decisión de por quién vamos a votar, esa responsabilidad le toca a unos
cuantos.
Somos un país con escasa o nula
cultura democrática. Un solo dato: tuvimos un partido durante 70 años. Ellos,
las cúpulas, tomaron casi todas las decisiones y hemos conservado, como
ciudadanía, ese hábito.
La tradición se hizo costumbre y
en todos los partidos políticos esa forma de organización ha imperado. Nadie
escapa a que sean unos cuantos los que digan qué hacer.
En este sentido los políticos de
los estados buscan afanosamente a un padrino de peso nacional, es decir, que se
desenvuelva en la ciudad de México. De preferencia que sea a nivel de
secretario de Estado. Si es el presidente, mejor.
De acuerdo a la descripción
anterior el presidente municipal de Chilpancingo publicó una fotografía
despidiendo al secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con lo
cual me permite confirmar que es su nuevo aliado. Dejó de serlo Luis Videgaray,
secretario de Hacienda, con quien hizo amistad cuando eran diputados federales.
Lo mismo realizó el actual
senador, René Juárez Cisneros, para llegar a ese puesto y regresar a la
política. Se acercó directamente con el poder ejecutivo y le dijo que él había
cumplido con la transición en Guerrero y que ahora lo tenían que reintegrar. Se
disciplinó en su momento. Fue leal.
Todos buscan un mecenas. Sin
embargo, a Luis Walton, presidente municipal de Acapulco y con cada vez nuevos
bríos para convertirse en candidato a gobernador, lo hallan de inmediato esos
actores políticos del centro.
La siguiente es la anécdota:
Ya saben que vino Miguel Ángel
Osorio Chong, secretario de gobernación, y al único que invitó a subirse a la
camioneta cuando ya se retiraba hacia el aeropuerto fue a Luis Walton. En el
traslado platicaron, alrededor de 20 minutos (valiosos) no se sabe de qué, pero
Walton “fue secuestrado” por el político del centro.
¿Fue un guiño? ¿un espaldarazo?
Eso lo sabremos en unos meses. Lo cierto es que ven bien a Walton algunos del
PRI, el gobernador, determinados perredistas y funcionarios federales y Andrés
Manuel López Obrador.
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