El uso del Internet para cualquier tema no está regulado en muchos países. Así que México como nación, siempre atrasado años luz (literal, por favor), tampoco es ajeno a lo anticuado en la temática, principalmente, en lo jurídico respecto a los contenidos de este medio.
Menos existe el deseo de regularlo en procesos electorales porque aquí está en juego el poder. Es decir, que quien posee los recursos económicos y las herramientas para bloquear o introducir temas a su gusto es a lo que la gente identifica como Estado. Ellos desde el poder llevan ventaja.
Octavio Islas, director de investigación de World Internet Project México, en una entrevista al periódico La Jornada específica que en general Latinoamérica, en eventos políticos, todavía no le da el uso adecuado al Internet para ganar adeptos.
En lugar de ganar simpatizantes polemiza, rivaliza y genera pérdida de seguidores. Expone como ejemplo la campaña de Obama, en donde propone temas y la gente contribuye al contenido. Esa posición le generó aficionados y luego votos porque se sintieron tomados en cuenta.
En estos días en redes sociales el equipo de la candidata a gobernadora en Guerrero por el PRD, Beatriz Mojica Morga, inventó que Luis Walton declinaría a su favor. Por supuesto que habrá quienes lo crean, en un primer momento, pero cuando aclaren la falsedad lo único que evidencian es desesperación porque inicia otro declive del personaje político.
Esa caída de Mojica podría obedecer a las llamadas hechas públicas en donde Rubén Figueroa Alcocer, cacique político del PRI, ordena que apoyen a Beatriz.
Si estuviera regulado el contenido de las redes sociales en procesos electorales, así como se ha reglamentado en el uso de radio, televisión y prensa, por lo menos les hubieran aplicado una multa por “imaginar” o inventar acontecimientos. O incluso hasta el registro podrían perder.
La estrategia de improvisar, incluso en redes sociales, lleva al fracaso a una contienda política. Y ésta es responsabilidad de los encargados de marketing. Y bajo este contexto de especular despierta rencor en los simpatizantes del otro partido, al que se supone quieren una alianza. Me refiero en específico a los miembros de Movimiento Ciudadano.
También puede darse la perversidad política de diseminar el rumor de una declinación para asegurarle al puntero (en este caso el PRI) el triunfo porque la izquierda no sólo está dividida, sino descuartizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario