sábado, 15 de octubre de 2016

Movimiento educativo o político, (CETEG entrega edificio y avenida)

Guardadas las enormes proporciones comparo el acuerdo de paz al que llegaron la guerrilla y el gobierno colombiano para encontrar la tranquilidad con la CETEG y el gobierno estatal.

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, logró un reconocimiento a nivel internacional con el Nobel de la Paz. Héctor Astudillo Flores, gobernador de Guerrero no logrará un agradecimiento de aquel calibre, pero sí quedará en la memoria que el gobierno de este momento es quien logra llegar a acuerdos. Astudillo hizo política de alto nivel al buscar y concretar una negociación para evitar más conflictos.

La política valiosa la que perdura, es la de estatura, la que establece miras de largo alcance para encontrar la armonía.

Si en Colombia se tardaron 50 años, Astudillo tuvo que negociar con la parte disidente del magisterio durante un año. Insisto, guardadas las proporciones, el tiempo es relativo, lo trascendente es el objetivo sintetizado.

Pero así como se reconoce la disposición de la guerrilla a dejar las armas, también es vital agradecer la nueva postura de los maestros y alejarse de acciones radicales y hasta exageradas, como esa de cerrar centros comerciales.

El hecho simbólico de entregar lo que fueron las oficinas centrales de educación, mejor conocidas como ex Ineban, las cuales estuvieron tomadas durante más de año y medio, es insignia de negociación política con la dirigencia de los maestros, no con la base.

Para llegar a la anterior conclusión transcribo las declaraciones inverosímiles y contradictorias del dirigente de la CETEG, Ramos Reyes Guerrero luego de la entrega del inmueble, publicadas en Novedades Chilpancingo (Sección DCH1 y siguiente) del viernes 14 de octubre de 2016, a la letra dice la nota informativa: “…Ramos  Reyes Guerrero refutó (se supone que la entrega del ex Ineban) y abundó: Tengo la determinación de los compañeros en la asamblea estatal representativa que son los que deciden si se entrega o no, se estuvo manejando en los medios que eran órdenes mías, no es así: desmentimos y nos deslindamos de esta entrega, continuaremos con nuestra protesta”.

Agregó “es una falta de respeto esta entrega, que desconozco quién la hizo, pues para todos nuestros compañeros son acciones políticas que tratan de dividir y desaparecer a la CETEG”. Reconoció “por el momento que deja el edificio y la avenida Ruffo Figueroa abiertos, pero las acciones de protesta continúan”.

Como aprendiz de político Ramos Reyes cantinfleo la innegable entrega, tanto del edificio como de la avenida. Primero niega y luego acepta que ya dejaron el inmueble. En su mismo discurso contradictorio Reyes Ramos declara que no fue una idea de él (entregar el edificio), sino de la asamblea, cuando se sabe, en términos políticos, que las dirigencias buscan la manera de persuadir o convencer a los agremiados. Entre líneas Ramos Reyes indica que ya había acuerdos.

A quien le corresponde ofrecer las soluciones del conflicto magisterial es a la dirigencia de los maestros. No es al gobierno. Ellos fueron los que movilizaron a cientos o miles de profesores para cambiar la reforma educativa, porque la calificaron de punitiva y atentaba contra la educación gratuita.

A los maestros disidentes les debería interesar cómo quedó la negociación. Si en verdad les van a quitar el empleo y las pensiones; si los van a contratar por años y no de por vida. Si los padres de familia van a pagar los servicios o el mantenimiento y (se dijo) los sueldos de los maestros.

Para métodos propagandísticos los dirigentes calificaron a la Reforma Educativa de punitiva. Y ¿ahora qué les va a decir a sus agremiados? Y ¿qué nos dirán a los medios de comunicación? Porque como opinión pública tenemos derecho a conocer cuáles fueron los acuerdos a los que llegaron los maestros.

Ante el silencio espectral de estos días (porque se atraviesa el fin de semana) abre la posibilidad de múltiples interpretaciones y la que me queda es la negociación sólo a favor de la dirigencia.

¿Habrán negociados mejores categorías para ellos (dirigencia) y para sus allegados o familiares? Incluso la posibilidad de que sólo a ellos no les llegue la Reforma Educativa, es decir, que se les respete su longevidad como empleados y hasta no evaluarlos? También se puede pensar que decidieron tomar el dinero que es común se les ofrece en este tipo de arreglos?

Esa afonía da para comentar que el movimiento nunca buscó una real reforma educativa, sino simplemente obtener el apoyo de sus agremiados para que dirigentes “hicieran su agosto”.


No ganó la sociedad, ni tampoco la educación laica, gratuita y obligatoria; ganaron los dirigentes del movimiento magisterial. 

Conclusión: movimiento político.

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