martes, 4 de octubre de 2016

No colombiano

Primero, algunas consideraciones para la firma de paz en Colombia.

Nuevos actores políticos, principalmente quienes llegaron al poder a través de las urnas. Recuerdo que no es lo mismo militares en el gobierno que civiles.

Agotamiento de ambas partes por las consecuencias trágicas en la sociedad.

Ambas partes, gobierno y guerrilla destinan cada vez mayor presupuesto en la compra de armas.

El sector productivo local e internacional se ve mermado por la inseguridad prevaleciente. Cada vez se crean menos empleos y la demanda crece.

Los jóvenes carecen de expectativas de futuro profesional y crecen los suicidios.

Segundo, la firma de un acuerdo de paz es insuficiente porque las partes no consolidaron confianza en la sociedad. Prevalece el concepto odio.

Es significativo que sólo haya acudido el 37 por ciento de la población a un plebiscito; esto indica que tanto gobierno como guerrilla no se ha ganado la credibilidad. 

Otra lectura es que la mayoría de la sociedad colombiana carezca de cultura política y tampoco crea que un proceso electoral es la vía para arribar a un nuevo ambiente.

52 años de guerrilla, valga el perogrullo, es una vida y no se puede cambiar de la noche a la mañana.

Expectativas.

El ejercicio de plebiscito es alentador porque las partes reconocieron que no les fue favorable. Esto es honestidad política, porque pudieron anunciar lo contrario, ya que han llegado a acuerdos. Reconocen que en un evento democrático también se pierde.

Otro mensaje que envían es que los próximos procesos electorales van a ser equitativos y serán reconocidos con quien triunfe, porque evitarán los fraudes; además ambos bandos están dispuestos a colaborar con el gobierno triunfador.

Habrá paz y tranquilidad en beneficio de aquel país.

Me parece que en la euforia de la firma por la paz se precipitaron para el plebiscito. Faltó difusión de lo que significa el nuevo papel político de quienes se fueron a la guerrilla para persuadir a los indecisos.

Ahora ambos grupos (gobierno y ex guerrilleros) con sus acciones concretas convencerán a los que todavía no creen, que son muchos.


Tiempo, es cuestión de tiempo.

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