En entregas anteriores he comentado que la izquierda se
encuentra dividida. Conclusión PRD y Morena.
La otra división para perder la presidencia en 2018 es entre izquierda y PAN.
Principalmente los de Morena no pueden porque se los impide
la ley, y, porque no quieren. Creen que con la sola presencia de Andrés Manuel
López Obrador les es suficiente para ganar. Veremos, aunque la teoría política
indica que AMLO solo, pierde.
El PRI, el partido en el poder, también presenta una marcada
fisura. Se trata del caso de los gobernadores tricolores: Veracruz, Quintana Roo
y Tamaulipas.
En donde al primero, de nombre Javier Duarte, ya le
suspendieron sus derechos políticos en su partido y en estos días solicitó
licencia al cargo de gobernador. Es decir, ya no tiene protección de su partido y tampoco
ostenta fuero. Prácticamente se encuentra vulnerable.
Esas dos acciones en contra un gobernador y que se esté
insistiendo en anomalías de otros sólo revela que existen diferencias muy
marcadas y no son precisamente a los señores gobernadores, sino que se entiende
que se dirige hacia los grupos políticos priistas que los llevaron al poder.
Cualquier político como lo son las figuras de diputados federales y/o
senadores, y más en el caso de un gobernador, son posiciones de un grupo; no es
la fuerza de un individuo, en este caso de quien sea el gober, el cual gana,
incluso la nominación para convertirse en candidato por el apoyo que logre por
algún o algunos grupos de poder del centro.
Así que en el caso concreto de Javier Duarte no solamente
lastima a los grupos locales, sino también a quienes lo hicieron candidato y
luego gobernador. Por supuesto que se establecen negociaciones, en donde por
ejemplo, acordaron su retiro esas cúpulas; pero aun así queda la sensación de que a alguien le restan
poder y eso despierta cierto rencor.
La unidad o su contraparte en el PRI la constataremos en la
elección de 2017 en el Estado de México.
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