Ángel Aguirre junior se ha propuesto, por indicaciones de su
papá, Ángel Aguirre Rivero dos veces ex gobernador, conquistar el ayuntamiento
de Acapulco.
Acapulco, por su importancia económica y poblacional, es la
antesala a la gubernatura. Quienes gobernaron el puerto y terminaron dirigiendo
la entidad, se encuentran: René Juárez Cisneros y Zeferino Torreblanca Galindo.
Félix Salgado Macedonio primero fue, en dos ocasiones, candidato a gobernador y,
ambas las perdió, luego llegó a ser presidente municipal de Acapulco. Salgado
caminó en sentido contrario, cosas curiosas de la política.
Aguirre Rivero ahora declaró a la prensa estatal que por él
ganó Evodio Velázquez Aguirre la presidencia municipal de Acapulco en el último
proceso electoral. Y en estricto sentido político tiene razón porque al
obstruir a la corriente Izquierda Progresista de Guerrero donde su papá era el
principal dirigente, tuvo que entrar al relevo Evodio por ser la primera fuerza
política con el nombre de Nueva Izquierda dentro del PRD en Acapulco.
Impidieron el ascenso de los Aguirre porque se estaba
convirtiéndose en la primera fuerza política en el PRD y en la misma entidad.
Prácticamente se estaba quedando con todo, y esto en política, no se vale.
Si Aguirre Rivero controlaba el partido, en ese tiempo en el
poder, y luego hacía presidente municipal a su hijo, prácticamente todos iban a
estar a su servicio. Los primeros en molestarse fueron los Figueroa. Tanto que
hasta Rubén Figueroa -tercero- buscó ser candidato a la presidencia municipal
de Acapulco con el tricolor.
Las rivalidades internas del priismo le cancelaron la
posibilidad a la dinastía Figueroa, porque, interpreto, son quienes le podrían
disputar a la par la conducción del puerto. No había otra. Sin embargo,
inscribieron como candidato al médico
Marco Antonio Terán Porcayo, sin presencia y con cuestionamientos por su
desempeño profesional. Si se agrega que no se formó la coalición PRI Verde, en
consecuencia el tricolor estaba destinado a perder. Y facilitaba al ganador en
el PRD.
De alguna manera los perredistas intuían ese triunfo y el
ambiente se dibujó tan halagador que se inscribieron cinco precandidatos. Le
tocó a Nueva Mayoría con Evodio porque los Chuchos ejercieron su poder ya que
son de la misma corriente política.
Aguirre Jr. ha comenzado a hacer trabajo político y lo mismo
Rubén Figueroa Smutny. Se deslizan por las colonias populares como si fueran
Reyes Magos. Entregan dádivas y despensas.
Sostengo que la fuerza política de Aguirre Rivero deviene del
poder ejecutivo nacional, pero éste se encuentra menguado y además en el último
tercio de su mandato; en otras palabras está débil y desacreditado. Por lo
tanto, Aguirre se presenta muy frágil para el 2018.
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