Miles, tal vez millones de
mexicanos ya están convencidos que Andrés Manuel López Obrador es otro, que ha
cambiado, que ha mejorado. Por lo menos el indicador de la mayoría de las así
señala; es el mejor posicionado de los pretendientes a la silla presidencial.
En este ambiente pre electoral, o
mejor dicho ya electoral, si AMLO ha cambiado, me pregunto ¿ha cambiado la
sociedad? Apunto una singularidad del que dicen somos otros. Se enfatiza que
estamos más informados y a partir de esta premisa, se insiste, tomamos mejores
decisiones. Bueno que sea así.
AMLO por supuesto que es otro. Su
discurso en contra de cualquier actividad o decisión que realicen quienes se
encuentran en el primer círculo de poder no ha cambiado. Es una posición que a
la gente le agrada, porque lo consideran un rebelde. Y dicha postura atrae
simpatía, todavía no arrastra votos, pero se habla, se comenta que, para no demeritar
es importante, pero no trascendente.
Ha cambiado del 2006 al 2012 y
ahora en postrimerías del 2018. Se ha rodeado o acercado a grupos de poder
económico. No lo hizo en la primera experiencia, en la segunda con cierta
resistencia realizó acuerdos. En la actualidad ya tiene compromisos.
Es decir, que quiera o no
reconocer AMLO ya hizo pactos con la mafia, a la que ha criticado desde
siempre. En política, ya lo he dicho, son vitales las alianzas para poder
ganarle a los adversarios o contrarios.
En otras palabras. Cuando llegue
al poder no a repartir la riqueza entre la gente a la que siempre alude, sino
con quienes ha establecido compromisos políticos y económicos. Esto, la gente
no lo quiere ver o realmente tampoco sabe. En consecuencia como sociedad no
hemos cambiado.
Si en 2012 nos vendieron la
imagen de un candidato a la presidencia y ganó. Y ahora estamos pagando las
consecuencias. Ahora AMLO nos introduce un discurso en donde ofrece trabajo
para todos los jóvenes con un salario de 4 a 5 mil pesos quincenales.
Evidentemente no va a cumplir, pero como él mismo lo justifica “es lo que
quiere escuchar la gente” con lo cual genera confianza y, por supuesto, votos.
Ayer, AMLO se declaró cristiano
porque sabe que millones de mexicanos simpatizan o son miembros de esta
religión. A este tipo de participación política la califican de “populista”. En
filosofía le llaman sofisma. En lo coloquial, engañar; cualquiera que sea el
adjetivo consigue cordialidad, luego, se espera, votos.
Él ha cambiado. Nosotros como
sociedad, no. Me atrevo a escribir que seguimos siendo una sociedad ignorante
en el campo de la política No hemos aprendido. Ni modo aprendemos de errores.
Por eso, esperaría que ganara AMLO para demostrar la hipótesis de que no habrá
los grandes cambios que éste candidato dice va a realizar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario