miércoles, 19 de abril de 2017

Sobre "caída" política o renuncia de Robespierre Robles del poder Judicial, Guerrero

Varias lecturas se desprenden de la renuncia o caída de Robespierre Robles Hurtado como presidente y magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Guerrero.

En el sistema político mexicano sigue siendo el presidente, el poder más importante. Luego son los gobernadores.

Casi todos o más bien todos los gobernadores evitan conflictos con el poder ejecutivo porque éste administra los recursos del país. Sin dinero un gobernador es un político que cancela nuevas expectativas. El diseño político mexicano es eminentemente centralista.

El centro, como toma de decisiones, es de tipo cultural en México. Viene desde los Aztecas y los españoles respetaron y mejoraron la estructura.

Uno de los resultados de la Revolución Mexicana fue reforzar el poder central y, para evitar conflictos, los distribuyeron en las entidades. Dos ejemplos: Luis Terrazas contestó a pregunta de que si él era de Chihuahua; contestó "Chihuahua es mío". El cacique en San Luis Potosí fue Gonzalo Santos. Por supuesto la historia política registra que cada entidad tenía o tiene un "jefe máximo".

Hasta donde se desprende, luego de la explicación anterior, la decisión de quitar al presidente del TSJ, Robespierre Robles fue del gobernador. Hubo excesos de protagonismo del ex magistrado. Él mismo se delató con asistir a un lugar de juego con gastos (no sé en realidad si iba con sus propios recursos) que se presumen fueron del poder judicial.

Lo contradictorio es que un funcionario público se presupone eroga mucho dinero en un estado pobre y aún más en tiempos de austeridad. Las fotografías en "Las vegas" evidencian la frivolidad.

La justificación de la renuncia de Robespierre "por motivos de salud" es la leyenda que se utilizó en la época del partido único para explicar la decisión presidencial.

El mensaje político del gobernador que entiendo es que Astudillo no va a permitir que servidores públicos, así sean amigos cercanos, ofrezcan la idea de que se van a enriquecer en una entidad que requiere precisamente de dinero para proyectos productivos.

No solamente ha llegado el fin de la impunidad, como lo dijo en estos días el presidente, Enrique Peña Nieto. Sino también, me imagino que como priistas, no habrá cabida a la corrupción. Ni siquiera a insinuaciones de esa imagen.


Ahí está el mensaje. Otro, de corte político, tampoco se abre la posibilidad de la segunda oportunidad, por si alguien pretexta "me equivoqué".

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