Marco Antonio Leyva Mena, presidente municipal de Chilpancingo se ha vuelto un personaje polémico.
Algunas de sus declaraciones son como piquetes de cuchillo dirigidos a sus propios compañeros de partido.
Destaco dos, por ejemplo. El pleito que inició el mismo Leyva contra sus compañeros de partido porque, según él, no le estaban ayudando a difundir las bondades y beneficios de sus políticas públicas en aras de reposicionarlo como un buen presidente municipal.
Fue un comentario, pero los priistas lo tomaron como reclamo.
El diferendo llegó hasta el presidente estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez, quien se enfrascó un dimes y diretes públicos con Marco Leyva.
Ambos entendieron (o les hicieron entender) que el daño iba directo a la imagen de su partido. Los o se tranquilizaron y dejaron de enviarse mensajes a través de la prensa y la radio.
El propio Marco volvió a abrir un debate intrapriista con el cobro de 15 pesos al “servicio” del agua cuyo destino sería para abatir el problema de la basura.
Resulta, de acuerdo a la argumentación de Leyva Mena, que ese impuesto fue aprobado por el Congreso estatal y retomado por él y su cabildo. Es cierto, no es una decisión de Leyva Mena, simplemente lo recuerda, creo, en un mal momento y esto afecta tanto al presidente municipal como a los legisladores, preferentemente de su partido porque ellos han sido mayoría en cualquier periodo, incluso cuando el PRD llegó a gobernar la gubernatura y el mismo poder Legislativo.
Leyva Mena mete al fuego a los priistas y salen, ambos, quemados.
El cobro de 15 pesos es impopular. Tal vez necesario, pero con malos augurios en términos publicitarios.
Parece que Marco Leyva aplica la frase, cuando nos encontramos en eventos de sondeos pre electoral, “que hablen mal, pero que hablen para aparecer en la percepción social”. Desea ser el más conocido, no importa cómo. Quiere ser popular.
Algunos políticos piensan que ese tipo de popularidad les dejará “aunque sea, algo” precisamente porque las encuestas reflejan que es famoso.
Es cierto se habla de Marco y mucho pero en sentido contrario a lo que cualquier político desea.
La imagen que envía Leyva Mena, desde mi visión, provoca la alternancia.
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