domingo, 28 de abril de 2013

No se va; tampoco cae Aguirre


Mario Marín, ex gobernador de Puebla, cuando fungía como mandatario fue exhibido públicamente de tener relaciones con una organización pederasta encabezada por Kamel Nacif (hasta donde sé todavía preso), empresario textilero. También acusado de tráfico de influencias y de inhibir la libertad de expresión.

 

Ulises Ruiz, ex gobernador de Oaxaca, enfrentó un movimiento magisterial, conflicto parecido al que hoy vive Ángel Aguirre Rivero, gobernador de Guerrero. No es por la temática de la movilización de profesores, pues son tiempos diferentes, pero sí por lo cuantitativo. También acusado de enriquecimiento ilícito.

 

En Puebla fue un problema social, con la suma de que acaparó la opinión pública internacional. En Oaxaca fue un diferendo político: la pugna entre los ex gobernadores Diódoro Carrasco frente a José Murat.

 

En ninguno de los dos eventos cayó el mandatario. Y eso que el PRI no se encontraba en el poder ejecutivo. Era la segunda fuerza política y el PAN con Calderón esperó a que las pugnas internas se arreglaran.

 

Hoy que el PRI, con Enrique Peña Nieto, tienen el control del país, y dada la cercanía estrecha entre el poder ejecutivo y el gobernador de Guerrero (aunque no sea del PRI), se observa muy lejano que renuncie, se incorpore al gabinete o pida licencia.
 
Habrá gobernador hasta que culmine su periodo. La historia reciente de la clase política lo avala y lo sostendrá el presidente, tal y como lo está haciendo con Rosario Robles al frente de Sedesol.

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