Como ustedes saben trato de
observar el comportamiento político y, sin descartar que efectivamente las
deducciones lleven a pensar que Morena, me atrevo a plantear lo siguiente:
Revisemos lo que sucedió en la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y luego en la toma de
Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El conflicto de la UACM ya no fue
entre López Obrador y Miguel Mancera. Sino Marcelo Ebrard contra Miguel Ángel
Mancera. El equipo y personaje que se queda en el poder y quien se va. Ebrard
puso en la rectoría a Esther Orozco y Mancera ya como jefe político le ganó con
Enrique Dussel. Estas diferencias se van a patentizar cuando Ebrard desee ser
el líder nacional del PRD, pero este último tema será analizado en su momento.
Es decir, que López Obrador nada o poco tuvo que ver con las intrigas neoperredistas.
En esta institución hubo desmanes por alumnos que tomaron las instalaciones. Y
hasta se llegó a etiquetar a la UACM como una institución patito. Era el logro
de López Obrador como jefe de gobierno y de Axel Didrikson como asesor en
materia educativa.
El primer rector fue Manuel Pérez
Rocha (2001-2010), luego Esther Orozco, con tres años en el cargo y apenas
Enrique Dussel.
En la toma de rectoría de la UNAM,
así como las protestas de los cetegistas y los bloqueos y toma de escuelas de
normalistas de Michoacán, dicen, llevan el sello de la casa de López Obrador;
su pasado lo condena. Sin embargo, en la última lucha electoral se mostró
apegado a las leyes. Hizo su berrinche por haber perdido la presidencia y ahí
culminó su protesta. O ¿acaso movilizó a la gente? Ni siquiera eso.
Entonces lo que trato de demostrar
es que políticamente el PRD desea lavarse el rostro con ese tipo de actuaciones
“bélicas” para adjudicárselas a Morena.
Para algo debe servir el Pacto por
México, y una salida en esas negociaciones es intentar que el PRD se desmarque
de ese tipo de actividades bárbaras.
Los lectores se han de preguntar el
porqué. Pues Morena es el ‘partido’ más fuerte tanto en el DF, como Guerrero y
Michoacán. Los porcentajes electorales para la presidencia en 2011, así lo
indican. Casi 80 por ciento en la capital del país, 70 por ciento en la entidad
y 40 en la entidad vecina. Y los resultados se lo deben a Andrés Manuel López
Obrador. En Guerrero es patente la influencia de este líder político.
Si se comparan resultados
electorales entre Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador nos encontramos que el
primero fue disminuyendo en cada evento; mientras que el segundo va
incrementando. Este análisis no es una cuestión de gusto, sino de números
electorales.
Así que el culpable de las
actuaciones vandálicas se lo adjudican a López Obrador para deteriorar su
imagen. Que penetre en el consciente colectivo que lo peor de la izquierda se
encuentra con Morena. No lo son los perredistas, porque éstos luchan por el
poder con civilidad. Han aprendido a ganar y a perder; ah, y también a
negociar.
Esa imagen de violento claro que
puede quedarse en la mente social, porque están utilizando medios de
comunicación de masas (prensa y principalmente televisión) para que quede impregnada.
Si usted lector es más observador
podrá comprobarlo cuando confirme que los priistas no se meten en esa lucha
intestina. Dirán: Es un asunto de la izquierda. revistaa@yahoo.com
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