martes, 30 de abril de 2013

López Obrador, culpable de la violencia

En tres lugares se han suscitado eventos con carácter violento: la ciudad de México con la toma de rectoría de la UNAM, Guerrero con la CETEG y los normalistas de Michoacán. Y de acuerdo a pruebas de algunos columnistas el origen los conduce a Andrés Manuel López Obrador.

Como ustedes saben trato de observar el comportamiento político y, sin descartar que efectivamente las deducciones lleven a pensar que Morena, me atrevo a plantear lo siguiente:

Revisemos lo que sucedió en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y luego en la toma de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El conflicto de la UACM ya no fue entre López Obrador y Miguel Mancera. Sino Marcelo Ebrard contra Miguel Ángel Mancera. El equipo y personaje que se queda en el poder y quien se va. Ebrard puso en la rectoría a Esther Orozco y Mancera ya como jefe político le ganó con Enrique Dussel. Estas diferencias se van a patentizar cuando Ebrard desee ser el líder nacional del PRD, pero este último tema será analizado en su momento. Es decir, que López Obrador nada o poco tuvo que ver con las intrigas neoperredistas. En esta institución hubo desmanes por alumnos que tomaron las instalaciones. Y hasta se llegó a etiquetar a la UACM como una institución patito. Era el logro de López Obrador como jefe de gobierno y de Axel Didrikson como asesor en materia educativa.

El primer rector fue Manuel Pérez Rocha (2001-2010), luego Esther Orozco, con tres años en el cargo y apenas Enrique Dussel.

En la toma de rectoría de la UNAM, así como las protestas de los cetegistas y los bloqueos y toma de escuelas de normalistas de Michoacán, dicen, llevan el sello de la casa de López Obrador; su pasado lo condena. Sin embargo, en la última lucha electoral se mostró apegado a las leyes. Hizo su berrinche por haber perdido la presidencia y ahí culminó su protesta. O ¿acaso movilizó a la gente? Ni siquiera eso.

Entonces lo que trato de demostrar es que políticamente el PRD desea lavarse el rostro con ese tipo de actuaciones “bélicas” para adjudicárselas a Morena.

Para algo debe servir el Pacto por México, y una salida en esas negociaciones es intentar que el PRD se desmarque de ese tipo de actividades bárbaras.

Los lectores se han de preguntar el porqué. Pues Morena es el ‘partido’ más fuerte tanto en el DF, como Guerrero y Michoacán. Los porcentajes electorales para la presidencia en 2011, así lo indican. Casi 80 por ciento en la capital del país, 70 por ciento en la entidad y 40 en la entidad vecina. Y los resultados se lo deben a Andrés Manuel López Obrador. En Guerrero es patente la influencia de este líder político.

Si se comparan resultados electorales entre Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador nos encontramos que el primero fue disminuyendo en cada evento; mientras que el segundo va incrementando. Este análisis no es una cuestión de gusto, sino de números electorales.

Así que el culpable de las actuaciones vandálicas se lo adjudican a López Obrador para deteriorar su imagen. Que penetre en el consciente colectivo que lo peor de la izquierda se encuentra con Morena. No lo son los perredistas, porque éstos luchan por el poder con civilidad. Han aprendido a ganar y a perder; ah, y también a negociar.

Esa imagen de violento claro que puede quedarse en la mente social, porque están utilizando medios de comunicación de masas (prensa y principalmente televisión) para que quede impregnada.

Si usted lector es más observador podrá comprobarlo cuando confirme que los priistas no se meten en esa lucha intestina. Dirán: Es un asunto de la izquierda. revistaa@yahoo.com

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