jueves, 22 de septiembre de 2016

De aliados a aliados

En el terreno político son necesarísimas las alianzas. Una persona o, todavía más, un grupo por muy numeroso o fuerte políticamente que sea es difícil o complejo que llegue a ganar un proceso electoral.

En Brasil para que llegara al poder Luiz Inacio Lula Da Silva tuvo que aliarse con algunos empresarios. Fue reacio a juntarse con ellos, pero la necesidad política lo obligó. 

Hoy, por no repartir las ganancias de Petrobras, le están pasando la factura. Están a punto de realizarle un juicio político.

En la historia política mexicana muchos pensarán que el PRI lograba ganar solo. Pues así parece, en una primera percepción. Veamos.

El PNR, abuelito del PRI, se conjunta por decisión “militar” de Plutarco Elías Calles. O estabas con Calles o eras prácticamente enemigo. La mayoría de los grupos que hacían “la revolución” o fueron persuadidos, convencidos o amenazados.

No les quedó de otra que juntarse y obedecer al “jefe”. Es decir, se está describiendo, desde el inicio de este partido, que eran varias agrupaciones. No era la decisión del presidente en la soledad, como se ha manejado.

Para darle estabilidad, quien gobernaba, tomaba en cuenta la opinión "de otros" o de los demás.

Ya en la época del PRI con Miguel Alemán los priistas consideraban el sentir de otros sectores –no me refiero al obrero, campesino o popular- sino a los llamados grupos de presión como son la iglesia, el militar y los empresarios, en donde el (los) dueño (s) de medios de comunicación eran imprescindibles.

Los mass media construyen la opinión pública; eso que dicen representa los intereses y el sentir de una sociedad.

En México ya vimos la fuerza política e ideológica de la televisión en el proceso electoral de 2006. En aquel entonces buscaron la presidencia Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador.

Calderón ganó por medio punto porcentual gracias a la campaña mediática, principalmente de la televisión. La campaña logró penetrar en el consciente social que AMLO era un “peligro para México”.

La persuasión de la TV se vuelve a repetir en el caso de Enrique Peña Nieto. Fue y es más imagen que sustancia.

Hasta aquí describo que los aliados de quienes han estado gobernando son grupos que tienen poder económico e ideológico. Y  éstos influyen en el otro sector, por cierto numeroso, que se llama sociedad.

Quienes promueven el abstencionismo, no lo saben, pero en el fondo son aliados de quienes se encuentran en el poder, a pesar de que digan son sus enemigos. Porque con su inacción (electoral) dejan que aquellas minorías organizadas conserven la toma de decisiones.

En un territorio con una ausencia de cultura política electoral quienes se llevan los beneficios son los reducidos grupos organizados. Y estos son aliados de quienes se ubican en el poder.

Es en ese sentido que el gobierno federal haya regresado o perdonado o condonado impuestos a empresas. Quienes gobiernan desean conservar de aliados a estos grupos porque realmente inciden en los procesos electorales.


A muchos no puede gustarnos esa medida de perdonarles impuestos; pero desde el punto de vista de poder es necesario para mantener la amistad o la alianza.

Los primeros aliados son los reducidos grupos de poder que sí están organizados; los segundos, digamos el populacho aunque numerosos carecen de organización con el beneficio (de quienes tienen poder) que son manipulables.

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