viernes, 2 de septiembre de 2016

Los caídos de agosto

En el mes que culminó hubo diferentes políticos que, literalmente, cayeron.

En Brasil, la presidenta Dilma Rousseff, la obligaron a dimitir.

El quid del equipo de Luiz Inacio Lula DaSilva expresidente de Brasil, al que pertenece Dilma, se ubica en la venta de Petrobras, institución brasileña muy parecida a Pemex. De los jugosos negocios que obtuvieron por la venta de petróleo y de algunas áreas de la petroquímica no fueron distribuidos a los demás aliados.

Ese egoísmo de Dilma les llevó a cuestionar su desempeño. Sí, sus aliados, los que llegaron con ella al poder. Y como no fueron beneficiados, simplemente la traicionaron.

Aquellos “amigos” de Dilma voltearon sus intereses con los adversarios. Juntos generaron mayoría y legalmente destituyeron a la presidente y con ello cancelan la posibilidad de un regreso de Luiz Inacio Lula DaSilva, el hombre otrora más popular.

Aquí en México el que renunció a TV UNAM fue Nicolás Alvarado, un crítico de arte, por haber hecho comentarios ácidos sobre la personalidad de Juan Gabriel.

Nicolás Alvarado tuvo la osadía de ventilar su punto de vista contrario al de la mayoría. El problema es que Alvarado era funcionario de la UNAM. Que si hubiera realizado su comentario como periodista o crítico de arte no pasaría nada.

Las redes sociales, hoy opinión pública, hizo presión y finalmente decidió declinar del puesto universitario.
Pero existen antecedentes del comportamiento de Nicolás Alvarado al frente de TV UNAM, lo menos que le llegaron a decir: prepotente y soberbio.

Y como uno que lo ha visto en televisión y ha leído y escuchado sus comentarios no checan los calificativos “de patrón” con su conocimiento. Hasta parecían exagerados los adjetivos en la persona de Nicolás Alvarado.

Habría que diferenciar que un desempeño de “jefe” bajo la conducción de un grupo de personas es otro cuando sólo emites comentarios u opiniones.

Es decir, que Nicolás Alvarado no estaba preparado para dirigir una institución. Él es brillante, ni duda cabe, pero nunca se preparó para trabajar en equipo.

Por otro lado se muestra que todavía somos una sociedad intolerante. Alvarado expresó su punto de vista.

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